Recuerdo que esto post se empezó a gestar el pasado miércoles, mientras esperaba la llegada del tren de Cercanías. En aquel momento pasaban dos convoyes, un metro y un Cercanías con dirección a Terrassa. Los recuerdo cuales serpientes entrelazadas. Ambos transportes parecieran estar midiendo sus fuerzas, cada cual en su raíl, apurando sus respectivas velocidades y frenos. Me imaginé que tal vez, en alguna ocasión, ambos "vehículos" se habrán picado; quién de los conductores gana más, cuál tiene mejores condiciones laborales.... La competencia, muy apreciable en cualquier rincón de una urbe como Barcelona, parece invadirlo todo, incluso mis pensamientos antes de coger el Cercanías.
Me siento y la mirada se nubla. No por culpa de estupefaciente alguno, ni tampoco por la bebida, sino por un rancio cartel publicitario de plástico (con las manos dels "petits gestos" de la GenCat), que dificulta la visión, aún siendo translúcido. Es curioso, pero después de tanto ruido, y menos nueces, ¡es en lo único de que me doy cuenta que Cercanías está gestionado ya por mi Comunidad Autónoma!
No es extraño que a alguien le pueda llegar a gustar, por encima de cualquier otro, Bach o Velázquez, la situación actual es de lo más barroca, y aún más que eso, yo diría... "opaca". En "El Danubio", Claudio Magris nos habla sobre cómo los Imperios siempre tienen fecha de caducidad, siendo los pueblos limítrofes, por definición, inferiores respecto a éste (bárbaros), pese a acabar sustituyéndolo siempre. Se pregunta Magris si China hará lo mismo con Occidente, yo, creo que como muchos, más que preguntándomelo, lo estoy constatando....
Más allá de raíles y trenes, de rascacielos y chabolas, el fin de una Era se contempla a todas luces. De 8ª economía a penurias presupuestarias, mi país es un víctima singular, ¡espero que no el nuevo limes por el que pase el próximo Atila!. Competencia entre trenes, entre países, entre civilizaciones... me pregunto si algo es inmune a este veneno, a esta dinamo que jamás nos hace estar satisfechos, que nos hace chocar, y odiarnos unos a otros en según qué, y por qué, motivos.
Uno coge el periódico en el tren (cualquiera de los que compiten por desinformarnos) y lee atrocidades varias, e incluso, gilipolleces disimuladas, escondidas entre tanta letra. "Los familiares de los tripulantes vascos del Alacrana se niegan a volar en avión español". Genial, por si en esta arista del difícil polígono hispano no hay suficientes problemas a otros les sube la fiebre: política frente a la posibilidad de ver a sus propios familiares... Competencia, política, decadencia, son tres términos que resumen lo caótico de este escrito, su intento de moraleja. Juguemos con los términos y escribamos algo más sobre lo restante, propongo tres términos: Millet, Pretoria y Kosovo. Sobre los dos primeros hay demasiado escrito, y pocos linchados, que se rían de nosotros en cualquier otra parte, hablemos del tercer tema.
Me siento y la mirada se nubla. No por culpa de estupefaciente alguno, ni tampoco por la bebida, sino por un rancio cartel publicitario de plástico (con las manos dels "petits gestos" de la GenCat), que dificulta la visión, aún siendo translúcido. Es curioso, pero después de tanto ruido, y menos nueces, ¡es en lo único de que me doy cuenta que Cercanías está gestionado ya por mi Comunidad Autónoma!
No es extraño que a alguien le pueda llegar a gustar, por encima de cualquier otro, Bach o Velázquez, la situación actual es de lo más barroca, y aún más que eso, yo diría... "opaca". En "El Danubio", Claudio Magris nos habla sobre cómo los Imperios siempre tienen fecha de caducidad, siendo los pueblos limítrofes, por definición, inferiores respecto a éste (bárbaros), pese a acabar sustituyéndolo siempre. Se pregunta Magris si China hará lo mismo con Occidente, yo, creo que como muchos, más que preguntándomelo, lo estoy constatando....
Más allá de raíles y trenes, de rascacielos y chabolas, el fin de una Era se contempla a todas luces. De 8ª economía a penurias presupuestarias, mi país es un víctima singular, ¡espero que no el nuevo limes por el que pase el próximo Atila!. Competencia entre trenes, entre países, entre civilizaciones... me pregunto si algo es inmune a este veneno, a esta dinamo que jamás nos hace estar satisfechos, que nos hace chocar, y odiarnos unos a otros en según qué, y por qué, motivos.
Uno coge el periódico en el tren (cualquiera de los que compiten por desinformarnos) y lee atrocidades varias, e incluso, gilipolleces disimuladas, escondidas entre tanta letra. "Los familiares de los tripulantes vascos del Alacrana se niegan a volar en avión español". Genial, por si en esta arista del difícil polígono hispano no hay suficientes problemas a otros les sube la fiebre: política frente a la posibilidad de ver a sus propios familiares... Competencia, política, decadencia, son tres términos que resumen lo caótico de este escrito, su intento de moraleja. Juguemos con los términos y escribamos algo más sobre lo restante, propongo tres términos: Millet, Pretoria y Kosovo. Sobre los dos primeros hay demasiado escrito, y pocos linchados, que se rían de nosotros en cualquier otra parte, hablemos del tercer tema.
Abro hoy el correo y me encuentro con una invitación a visitar la weblog "Kosovo no se vende". Ciertamente, no hay mejor cosa que conocer amigos por blogger, wordpress, aunque sea por incitación vía "emilio". Primero conoces las ideas de una persona, o personas, y luego sus nombres, e incluso, después, sus caras, minimizando las posibilidades de fraudes y sorpresas de última hora. Grandes personas las que he podido descubrir con este enlace, gentes que denuncian los malostratos que están sufriendo vecinos europeos (sí, europeos, pues con éstos no hay las que con Turquía). "Kosovo no se vende", ¿a quién se le ocurre defender esta idea cuando aquí se venden hasta los escrúpulos? ¿Qué vale más que el honor o la verdad, acaso una región, un puerto de droga? Lo dudo.
Pongo el telediario y las chicazas del norte, aún con sus maridos liberados, no se calman. Más violencia doméstica por Telecinco y culebrones por la Primera, la televisión está para desinformar, los blogs, menos mal, para tocar los huevos. Pensemos que hay noticias, como el presente y futuro de Kosovo, sobre las que no se habla. Sólo que en este caso no somos víctimas de nuestros gobernantes, sino el culo de un babuino. De una sociedad competitiva sin ideales ni educación, con cada vez menos sueños, y más obtusa que el propio Barroco. ¡Que nadie busque a un Bach o a un Velázquez, ahora estamos en el tiempo de los Barceló y demás manchadores oficiales! ¿Les suena Tàpies?.
Después de todo, el culo del mono no es tan feo, pues somos nosotros ante el espejo, nuestra sociedad, los siervos de la saga "Crepúsculo", góticos e hijos de mandatarios, o mejor dicho, hijas en este caso. Donde los estoicos se olvidan, donde la filosofía se centra en franceses charlatanes y la política en tribalismos (nazionalismos), el mono resurge. Sólo que... ¿quién dijo que los chinos no usan el mono dentro de su tradicional medicina?. Un último aire optimista, cambiemos los términos: educación, respeto, ciudadanía.
Imágenes:
1) Papio anubis (olive or anubis baboon), foto de Stolz, Gary M. (United States Fish and Wildlife Service: Digital Library System (WO-5697-031))
2) "Ticio" de José de Ribera
3) "San Jerónimo" de Antonio de Pereda y Salgado
10 comentarios:
Si demos sentido a ; educación, respeto, ciudadanía.
a veces parecemos más monos que el mono
SOMOS LO K PARECEMOS. Y más en esta nuestra sociedad que vive de la "IMAGEN".
GENIAL artículo que invita a reflexionar a los pocos que utilizan su "masa encefalica".
Mi cabreo se parece al tuyo si eso te consuela Fujur.
!Vivan los babuinos!
Un abrazo
M.
Ei Javi! ¿Cómo va el estudio? Bueno respecto a tu nueva actualización, supongo que habría que cambiar los valores de esta sociedad para que algo fuera distinto y funcionara con un motor diferente. Para cambiar sus valores haría impulsar dicho cambio. Pero en realidad hoy en día nadie es capaz de dar ese impulso.
Por cierto, gracias por tu comentario! ¡Es cierto! Me cambié el nombre; el que tengo ahora me parecía más adecuado; el anterior hacía referencia al pseudónimo que uno suele utilizar en algunos casos y que me lo "puso" una profesora a la cual tengo mucho cariño y con la que hoy en día aun sigo teniendo contacto.
Pues eso, la verdad es que comentarios como los tuyos motivan bastante a alguien que acaba de empezar en esto del blog. Cuando uno escribe y enseña lo que escribe, siempre espera una crítica (positiva o negativa), pero lo que más desea a parte de eso son ánimos para seguir y mejorar! jeje
Un abrazo tío
Gran blog Fujur, muy interesante.
Un saludo
Somos monos vestidos, aunque a veces lo olvidemos.
Besos de pantera.
No te sorprendás amigo, al fin y al cabo únicamente somos animales, y muy violentos por cierto. Yo en ocasiones pienso que necesitamos en cierta manera odiar a individuos pertenecientes a otra cultura que no sea la nuestra.
Una vez mi padre dijo: "en España va a pasar igual que en Yugoslavia". Lo cierto es que dudo que se llegara a esos niveles, pero la tensión que pueden generar las actitudes de ciertos políticos es preocupante.
Hola, Javier, una crítica esta tuya de lo más contundente y acertada, tocando varios temas de candente actualidad y sin tapujos, ni miramientos ni medias tintas. Y sí, el culo del mono no es tan feo, hay cosas infinitamente más horribles y lacerantes. Un besote fuerte y muy feliz finde.
Hola Javier!!
Desde luego la cosa pinta bastante mal y es preocupante; hoy escuchaba una entrevista de Jose Luis Sampedro y también hablaba de ese declive de nuestra civilización, aunque en términos más pausado. Quizás sea el momento del cambio, pero como todo lo que se acaba dificil de vivir, si no que se lo cuenten a quienes vivieron las invasiones bárbaras.
Francamente interesante tu post, un abrazo!!!
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