“El hijo varón es naturalmente del lado mejor, el derecho (Orib., XXII, 3, Gal.), procedente del esperma salido del testículo derecho del padre y alojado en la parte derecha de la matriz. De todos modos, si el esperma masculino no es suficientemente denso, hay el riesgo de que predomine el femenino. A quien quería procrear hijos se le aconsejaba por tanto atarse el testículo izquierdo a fin de que sólo el derecho aportase el esperma (CH, Superf., 31), y a la inversa para procrear hijas”.
A. Rousselle,
Porneia: Del dominio del cuerpo a la privación sensorial.
«Empachados con tanta decoración, nos disponíamos a penetrar en el triclinio, cuando un esclavo encargado de esta función especial, gritó: 'Primero con el pie derecho, señores”
Petronio, Satiricón, xxx:
«Os declaro que a partir de ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poder [de Dios] y venir sobre las nubes del cielo» (Mt 26,64).
Quisiera que el lector no hubiera estudiado en tiempos del franquismo, siendo zurdo; tampoco me gustaría que se hubiera levantado con el pie izquierdo esta mañana, ni que, de ser Obama, no hubiera jurado su cargo como presidente de los EEUU con “la mano derecha en alto, la mano izquierda sobre la Biblia”. Bienaventurado será quien se siente a la “derecha” del señor, caído fue quien fuera a parar a lo más bajo. La “derecha” es sinónimo de rectitud, de continuador de la tradición, de correcto. El inglés conduce por la izquierda con el afán de poder tener la mano derecha libre (a diferencia del resto de orbe, excluidos algunos países anglosajones, donde, por influencia de Napoleón, se conduce por la derecha). Visto esto, “Derecha” no tiene sólo un significado geográfico, cultural o religioso.
Políticamente, no tengo dudas de que el discurso “izquierda - derecha” se halla en plena decadencia. Sin lugar a dudas, la distinción, hoy como siempre, sigue siendo entre ricos y pobres, y desde luego, es imposible ser socialista siendo rico, a la vez que es poco probable ser de ultra-derecha, racionalmente, siendo pobre. De este discurso, un tanto infantiloide, quisiera extraer una idea. Considero que la “derecha”, en su sentido religioso, místico, religioso, se identifica con las corrientes eternas, con “lo correcto”, aquello que sigue la norma. Sin caer en la justificación de los excesos y/o el delito, quisiera aplicar la teoría de Dostoievski, de defender a aquéllos que traen “la palabra nueva”.
El cambio, la “izquierda” en este sentido, siempre es necesario para evitar el inmovilismo, con él me identifico, aunque no sea plenamente en lo político. Creo que la labor del blogger es, precisamente, no sé si tanto buscar “la palabra nueva” como buscar a todos los significados y significantes posibles, o cuanto menos, aquéllos que se le ocurran. La libertad de expresión, el “vuelo de la palabra” es aquello que hace ya tres años quise buscar, curiosamente en período de exámenes, no podía ser de otra manera.
El blogger es un servidor de la “izquierda”, en el sentido que acabo de explicar. El blogger es un paladín de Occidente, un “santo” defensor del mayor, y más preciable, ideal de cuantos nos ha dejado el pensamiento ilustrado, el uso de la razón, o cuanto menos, de aquella que reside, subjetivamente, en todos y cada uno de nosotros. Frente al islamismo radical, o el autoritarismo chino, “Occidente” debe defender, férreamente, todas las libertades que han desembocado en que yo, hoy, pueda estar aquí, libremente escribiendo.
Por Occidente no se entenderá Europa, sino todos los países que comparten estos valores, libertades, que en España muchas veces han sido coartadas por acción del contrareformismo, nacionalcatolicismo y, hoy, nacionalismos periféricos. El campo de la lengua libre es un lugar común que no conoce, o no debería conocer, nada sobre los lobos de la censura. Celebro que haya llegado este tercer año y la luz del planeta Nubiru siga luciendo, más que nunca en mi corazón, en mis más profundos sentimientos. A esta criatura le debo el organismo de mis sueños, su sangre, son aquéllos, que con mayor o menor atención, dais sentido, leyendo, a estas humildes letras.
Por siempre libre, por siempre devoto de mis pensamientos, por ello felicito a la creación de hace, ya, tres años, ese “alter ego” llamado... Nubiru. Más allá que su lectura, les recomiendo algo distinto: atrévanse a escribir un blog, créanme es muy positivo, y de las cosas que he ido haciendo en la vida, está entre “lo más bonito”. Saludos.