lunes, 24 de diciembre de 2012

Un regalo de Nochebuena!

Salvemos a los trasgos!!

Es una corriente históricamente contrastable que toda civilización hegemónica ha acabado siempre por imponer su mitología. Así, por ejemplo, sabemos muy poco de los mitos y leyendas celtíberos, al haber sido éstos sustituidos, hace siglos, por la rica mitología greco-romana. Actualmente, aparentemente sin darnos cuenta, la mitología de Apolo o Hades está cediendo a los elfos, orcos y enanos. Como si de una legendaria batalla se tratara, las huestes de górgonas, ninfas y sátiros están desapareciendo de nuestro imaginario, llegando incluso, en ocasiones, a creernos faltos de toda mitología propia. El ejemplo paradigmático de lo aquí comentado es, efectivamente, el universo de “El Señor de los Anillos”.

Recién vista la primera película de la saga de “El Hobbit”, no puedo dejar de apreciar cuán cierto es lo hasta aquí dicho. La película en sí es una obra de arte gráfica, con decorados, paisajes y criaturas nunca antes vistos por televisión. El argumento es sumamente “freak”, o lo que es lo mismo, orientado en demasía hacía los adoradores tolkenianos. Con todo, si algo me ha sorprendido del filme, es la presencia, nominal, de los “trasgos”.

Según los traductores de la película, los tragos, voz española, se identifican con los “goblins”: pequeños seres humanoides, de color verde, “hermanos menores” de los orcos, dotados de una aguda inteligencia y sumamente avariciosos. Si alguien ha participado del universo Warcraft, fácilmente identificará a los goblins (cuyo lema es “AMB”: apostar, mangonear, blanquear). Si nos fijamos en la caracterización de estos seres imaginarios, quizá alguien se dé cuenta de que no nos encontramos ante unos seres totalmente desconocidos para la mitología hispana.

Como “bien” hacen los traductores de “El Hobbit”, el “goblin” de Tolkien debe ser identicado con el “trasgo” hispano. En multitud de leyendas del norte de España, estos seres inteligentes son descritos con caracteres muy similares a los goblins. El propio Pío Baroja llegó a escribir un cuento sobre ellos, y no son pocos los himnos, canciones y cuentos que los mencionan. En no poca medida, los trasgos entrarían dentro del grupo de los “duendes”. Una vez defendida la identidad del genuino trasgo hispano, cabe hacernos una pregunta… ¿están nuestros mitos condenados al olvido?

Si bien es cierto que no acaba de imponerse la lengua inglesa como nativa en los países que están bajo la órbita de EEUU (a diferencia del latín con Roma), no deja de ser evidente que los mitos de raíz bárbara (germánica), recibidos por el mundo anglosajón, están desplazando, en el imaginario de buena parte de la juventud, a los mitos greco-romanos. Los artistas cada vez se fijan menos en la Medusa o Can Cerbero, habiendo cada día más acólitos de Santa Claus y sus elfos que de los nativos Reyes Magos.

No caigamos tampoco en un nacionalismo o folklorismo excesivos. Si bien, cierto es que los mitos y leyendas que nos han definido como civilización, de perderlos, nos harán ser partícipes de otra realidad cultural con mitología propia. El legado de los Césares cada vez se diluye más con el paso del tiempo, y debemos preguntarnos si acaso puede tener alguna razón de ser la profecía que hiciera “Bleda, el Venerable” cuando, al contemplar el Coliseo de Roma, afirmó que: “mientras permanezca el Coliseo, Roma permanecerá, cuando caiga el Coliseo, caerá Roma, y cuando caiga Roma… caerá también el mundo”.

Defendamos la herencia romano-cristiana, o al menos, no adoptemos nombres y seres foráneos teniéndolos propios. La guerra del "gordo bonachón" contra los Reyes Magos bien puede contextualizarse con lo explicado en este post. ¿Son elfos, goblins, orcos y enanos una prueba más de que el imaginario anglosajón ha sometido a Occidente? ¿Las antiguas “sedes romanas” han perdido toda su salvia? Los mayas no acertaron con el fin del Mundo, ¿lo hará Bleda con el fin de nuestra civilización?



FELIZ NAVIDAD Y LARGA VIDA A LOS REYES MAGOS!! ;)