martes, 24 de marzo de 2009

Introducida la moderación

Jamás me cansaré de repetir cuán dichosos somos todos aquéllos que podemos escribir en Blogger sin restricciones, escogiendo cualquier tema e intercambiando opiniones, conocimientos o inquietudes. Como todo lo sublime, lo dicho también aqueja sutil pedrada en el ojo, motivo por el cual invoco el triste “arte” de la censura. Me escribía mi más “variopinto” amigo que el hecho de eliminar comentarios de un blog, resulta algo incómodo (y te crea enemigos de forma gratuita)..., ello es totalmente cierto. Es por ello que suscribo cada una de las reflexiones que él hace acerca de la necesidad de “moderar” los comentarios que tan gentilmente, algunos con maldad o sin ella (consciente o robótica), hacéis a este blog. Sin ellos, valga el lirismo, Nubiru no existiría. Las reflexiones que el autor nos facilita sobre la conveniencia de habilitar “la moderación de comentarios” son éstas:
  1. El autor puede controlar instantáneamente la calidad de lo publicado, en beneficio del blog y de sus lectores.
  2. El comentarista intruso sabe que va de culo.
  3. Se descarga a blogger de plastas y gente indeseable, al fin y al cabo es un instrumento electrónico que tiene una capacidad limitada (como todo)
  4. Se anima al personal a que las contribuciones no sean anónimas; si no tienen un blog, al menos que pongan un contacto mínimo, de forma que pueda existir una respuesta, dando también opción al autor del blog a defender sus opiniones.

Pido perdón a quien le pueda ofender la desconfianza, y comprensión para todos aquellos que consideran que la libertad de expresión no puede verse desprestigiada por los caprichos de algunos. Aquí queda mi compromiso de publicar absolutamente todos los comentarios (aún, y con mayor razón, los críticos); sin embargo, de la misma forma que subo al pedestal todo lo que me comentáis, es poco justo subir también los mensajes publicitarios, bromas y comentarios a destiempo.

A lo dicho añado una desiderata: la Red hizo que nos conociéramos, que nos pudiéramos comunicar sin mirarnos a la cara; ya que no enseñamos el rastro, cuanto menos, no seamos anónimos en nuestros pensamientos y reflexiones, dando mecanismo para la réplica y la respuesta, y al fin, poder practicar, aun virtualmente, el noble arte de la conversa…

Imagen: "En skribent får ris". Satirical etching from 1772 against the newly instituted censorship.

domingo, 22 de marzo de 2009

Bestias callejeras, Maestros de valores

Dentro de nuestra red de conceptos, de nuestro lenguaje y eventuales construcciones teóricas, siempre me ha chocado cómo hacemos uso de la oposición “lo natural” v.s. “lo artificial”. Desde una perspectiva estructuralista, bien pudiéramos constatar que, lejos de ser una oposición privativa, nos encontramos ante la parte y el todo. Lo “natural” como fondo de lo existente y lo “artificial” como la, cada vez menos ínfima, parte imputada a la especie humana.
Es lógico, e incluso sano, que nos centremos en lo que son los ecosistemas en peligro, aquéllos que continuamente menguan por nuestras pretensiones (por lo general, económicas, y en su totalidad, discutibles e incluso, según el caso, injustificadas). Sin embargo, es doblemente sano saber mirar a nuestro ombligo, observar aquellos peculiares ecosistemas de los que, no sólo no somos destructores, sino, en cualquier caso, creadores.
El más memorable adagio del famoso filme “jurásico” es aquél que afirma que: “la vida siempre se abre camino”. Para poderlo constatar sólo hace falta echar un ojo a nuestras alcantarillas, graneros, callejuelas y parques urbanos. La acción que el hombre ha tenido sobre estos lugares es exclusiva (tanto en lo “creativo” como en lo “equilibrador”, e incluso, “destructivo”). Siempre dentro de unos límites, es curioso que consideremos como “plagas” o “especies intrusas” a muchos animales, y plantas, que lejos de quedarse en sus hábitats originarios, han sabido abrirse paso en otros lugares. Junto a estos animales “introducidos”, existen otros “domesticados”, e incluso, “salvatizados”. Pongamos ejemplos.
Para todo barcelonés o madrileño (al igual que en otros lugares de Andalucía, Holanda, e incluso Zaragoza), la especie “invasora foránea” por excelencia es la conocida como cotorra argentina (“Myiopsitta monachus”). La cotorra monje, pues también así se le conoce, es un claro ejemplo de las virtudes que debe poseer toda especie animal para poder sobrevivir, y progresar, en el ecosistema urbano. En su caso, además de una singular belleza que le condujera a ser una popular mascota, debe sumársele una versatilidad notabilísima.
Bien sabido es que a la familia de los loros (psitácidos) pertenecen las aves con mayor potencial intelectual. No sólo capaces de articular palabra, los loros están dotados de una serie de recursos mentales que les habilitan para poder encontrar comida donde otros, sencillamente, no lo harían. Restos de bocadillo, carroña, dátiles de palmeras, higos y un sinfín de alimentos les sirven de dieta, motivo por el que han experimentado un incremento exponencial de sus poblaciones; llegando a ser, en casos puntuales, “peligrosas” plagas.
Haber tenido un ejemplar de esta especie durante siete años, mi amado Marcelino, es un argumento más que válido por el que haber puesto a la cotorra argentina como ejemplo de animal versátil; sin embargo, es bien cierto que existen animales más conocidos que dan honra a este adjetivo, como las gaviotas, e incluso otros que lo "desprestigian" o le quitan parte de su benigna aurora, las ratas...
¿Cómo no? En lo que a “especie doméstica” se refiere, los máximos exponentes de la fauna callejera son perros y gatos. Los hay de diversos tamaños, colores y costumbres, llegándose a poder identificar razas que incorporan en su distribución interesantes datos para estudios demográficos y económicos. Precisamente, valga la paradoja, estos mismos animales son el propio ejemplo de especies “salvatizadas”, y al mismo tiempo, al igual que la cotorra, ejemplos de dos valores clave para la adaptación al ecosistema: "versatilidad" e "inteligencia". Sobre los perros "salvatizados" es muy interesante citar el caso de Estambul, por donde los perros circulan por la noche en busca de restos y basura, en bandas de canes, no violentas, que no tienen más dueño que la Luna, ni mayor misión que limpiar las calles, a su manera.
"Versatilidad" e "inteligencia", la tercera cualidad, que igualmente deseamos los propios humanos, es la "belleza". De hecho, ha sido este adjetivo el que ha permitido que especies como el ciervo del Padre David se salvaran de la extinción, al ser, en este caso, preservado en jardines y cotos privados, o que especies como los diamantes, se hayan extendido a lo largo del globo (en muchas ocasiones, llegando a establecer poblaciones salvajes). No obstante, el caso más paradigmático es el del pavo real, una de las pocas gallináceas que no se han criado por su carne o cante (por lo demás bastante irreverente), sino simplemente por su valor ornamental.
La fauna, querámoslo o no, nos enseña valores. La supervivencia de estas especies se basa en valores que igualmente buscamos en nuestras vidas, siendo ejemplo de ello tanto la rata, el cerdo, el murciélago o la comadreja. ¿¡Quién lo iba a decir!?. En definitiva, los animales demuestran, en pueblos y ciudades, que la vida “se abre camino”, siendo el hombre capaz de destruir, o crear, no siendo posible una actuación humanamente “artificial” que en última instancia no se reconduzca a la Madre Naturaleza.
* fotografías:
1) "Cotorra argentina entre almendros" de Alonso Javier Torres (This file is licensed under Creative Commons Attribution 2.0 License).
2) Museo de Calatayud - Friso del Pavo Real - Restos de pintura - Primera mitad del siglo I ddC - Bílbilis, Barrio de las termas - Insula I, Domus 3. stancia 29. (Creative Commons Attribution ShareAlike 3.0)

domingo, 15 de marzo de 2009

El porqué soy Cristiano

“Con respecto a los dioses, no puedo decir con seguridad que existen o que no existen, ni tampoco cómo es realmente su figura; porque hay muchas cosas que dificultan nuestro conocimiento seguro, la oscuridad del asunto y la brevedad de la vida humana”.
Protágoras
Ninguna idea es innata” afirmaba John Locke; ciertamente, tampoco lo es la idea de “Dios”. Una de las grandes quimeras de los libros de historia es el olvido que hacen del ateísmo como posibilidad en la historia. Al respecto, hay quien dice ver al ateísmo como pensamiento predominante en civilizaciones como la Antigua China, o en religiones como el Budismo (donde no se reconoce a “un Dios”).
Si bien algunos lo consideran un agnóstico (Bowra), Protágoras bien pudiere haber sido uno de los más eminentes ateos de la antigüedad, junto con figuras de la talla de Confucio. Precisamente, el pensamiento religioso de este último ha sido una continúa controversia. Para algunos, Confucio es el exponente de un librepensamiento ejemplar, al margen de los dogmas religiosos. Para otros, un hombre sumamente espiritual, y por ende, creyente. Unos textos, al respecto, para la reflexión, bien pudieran ser éstos:
"Maestro, ¿cuál es la forma más idónea de servir a los Dioses?".
"Antes de servir a los Dioses, preocúpate de servir a los hombres que te rodean, de hacerlos nobles, valerosos, honrados justos y virtuosos; y una vez realizado lo anterior, dedícate a los Dioses”.
Estas posiciones se han visto enfrentadas a lo largo de los tiempos. La Iglesia católica llegó a investigar su biografía con el afán de convertir al cristianismo a los confucianos (alegando que su Maestro, fue un "ancestral cristiano". Voltaire, en su “Filosofía de la Historia (cap. XVIII)” cita a un jesuita enviado a China, sin conocer una voz en mandarín, para resolver la cuestión. El jesuita volvió afirmando que Confucio, sin lugar a dudas, era ateo. Ciertamente, la Iglesia, a lo largo de la historia, ha asimilado al ateísmo con las religiones opuestas (particularmente en lo que a las animistas se refiere). Por contra, cualquier vestigio de pensamiento “civilizado” ha sido interpretado como indicio de la creencia en un Dios, habiéndose llegado a argumentar el cristianismo, no sólo de Confucio, sino también de Platón o Marco Aurelio.
No cabe duda de que la Iglesia ha sido el mayor exponente de la pedante ignorancia europea de las épocas medieval, moderna, y en no poca medida, contemporánea. Al respecto, Voltaire, en su “Ensayo sobre las costumbres (cap. II)” afirma sobre los europeos, y ante todo, sobre el eurocentrismo, que “nosotros juzgamos sus costumbres sobre la base de las nuestras porque llevamos hasta los confines del mundo los prejuicios de nuestro espíritu litigante”.
Me gustaría destacar dos vertientes de lo religioso: las creencias y la civilización a la que va aparejado. Desde éste último punto de vista, so le pese a Dawkins o a Russell, somos cristianos aquellos que hemos nacido y nos hemos desarrollado en alguno de los países de Occidente. Sin embargo, siguiendo a Russell, en su obra: “Por qué no soy cristiano”, no me considero, al menos en cuanto a mi persona, “cristiano” en lo que se refiere a las creencias, pues no cumplo los postulados, que para serlo exige, acertadamente, el autor: creer en Dios y en la inmortalidad, y tener alguna clase de creencia, como el nombre indica, acerca de Cristo. Niego mayores méritos a Cristo que a Marco Aurelio, Platón, Aristóteles, Plinio o Protágoras, todos ellos fueron grandes sabios de la Antigüedad, y en el caso de Jesús, al igual que Mahoma, claros ejemplos, de lo que hoy llamaríamos, “activistas políticos”.
Nada más lejos de la realidad, el lado “bueno y seductor” del fenómeno religioso, cuanto menos en lo que a las grandes religiones se refiere, nos viene dado por el componente sincretista de las mismas. La religión islámica, por poner el más claro ejemplo, tuvo en sus inicios tintes de “revolución”. Que ciudades como Alejandría o Damasco se entregaran a la fe de Mahoma se explica a través de la economía, y no mediante argumentos místicos, pues en estos casos se trataba de urbes “explotadas” por el centralismo bizantino, mientras que en la Hispania goda, la “invasión”, o mejor dicho, “revolución islámica” (siguiendo a Olagüe, entre otros) se debió a una situación de crisis ligada al desgobierno y a los excesos de la clase dirigente (todas estas explicaciones, claro está, hechas desde una óptica breve y superficial, acorde con la extensión de este post).
Lo realmente bueno del Islam fue el haber unido a varios miles de personas y cientos de culturas en un mismo seno; ayudando a extender la cultura hindú en España, o la Persa en Sicilia, a la vez que parte de la Europea en Oriente. Una vez todo “se extendió”, el Islam comenzó a secarse, no tan sólo por la intolerancia correlativa a la hostilidad occidental, sino también por la falta de argumentos. Así, el Islam no es ni mejor ni peor que otras religiones, simplemente una opción cultural más y una creencia religiosa, a mi ver, tan trasnochada como el resto. Algo así hubiera ocurrido en Europa sin el Humanismo.
Las religiones son respetables, definitorias de una civilización, y en fases primarias de conocimiento científico, remedios con los que encauzar nuestra potencial ignorancia. Una vez la ciencia avanza, los postulados atribuidos a Darwin ganan peso, y las matemáticas tienen en consideración, cada vez más, la estadística y las leyes del Caos, la religión como “creencia” carece, a mi ver, de sentido, es por eso que soy “culturalmente” cristiano, sólo que no creo en la existencia de lo místico…
Un último texto para la reflexión:
"Muchos de nosotros veíamos a la religión como una tontería inofensiva. Puede que las creencias carezcan de toda evidencia pero, pensábamos, si la gente necesitaba un consuelo en el que apoyarse, ¿dónde está el daño? El 11 de septiembre lo cambió todo. La fe revelada no es una tontería inofensiva, puede ser una tontería letalmente peligrosa. Peligrosa porque le da a la gente una confianza firme en su propia rectitud. Peligrosa porque les da el falso coraje de matarse a sí mismos, lo que automáticamente elimina las barreras normales para matar a otros. Peligrosa porque les inculca enemistad a otras personas etiquetadas únicamente por una diferencia en tradiciones heredadas. Y peligrosa porque todos hemos adquirido un extraño respeto que protege con exclusividad a la religión de la crítica normal. ¡Dejemos ya de ser tan condenadamente respetuosos!"
Dawkins
* Libro recomendado: Formigari Lia, “El mono y las estrellas”, Barcelona, Ediciones El Serbal, 1984

domingo, 8 de marzo de 2009

Azerbaiyán: la perla del Cáucaso

Desde junio del pasado año, Madrid es candidata para albergar los Juegos Olímpicos del año 2016, junto a otras megalópolis como: Tokio, Río de Janeiro o Chicago. No obstante, las urbes que me llamaron más la atención, fueron las ciudades que se quedaron a las puertas de su nombramiento como candidatas. No me estoy refiriendo a Praga (ni tampoco, en esta ocasión, a la enigmática Doha), en verdad, y de ello trata este artículo, me refiero a la capital de Azerbaiyán, Bakú (Baky). Y es que no sólo los 6.000 millones de inversión prevista (que no le han servido para ser proclamada como candidata) me llaman la atención respecto a esta urbe, y por extensión, respecto a todo el país (cultura, pueblo, nación o etnia). Son múltiples, e importantísimos, los detalles que justifican que tengamos en cuenta a este Estado, observándolo con un prisma especial, quizá algo caprichoso. Azerbaiyán es un enclave estratégico, cuna de grandes ajedrecistas (Kasparov) y lugar donde generaran grandes fortunas gentes como los hermanos Nobel. A falta de ser un solo país, Azerbaiyán tiene condicionantes que lo hacen ser, él sólo, toda una región “geoestratégica”, hagamos referencia a algunos de ellos.
Sin caer en “nacionalismo” alguno, cuanto menos en su declinación “ibérica”, Azerbaiyán está compuesto por un Estado y dos territorios iraníes: Azerbaiyán Occidental y Azerbaiyán Oriental (con capital en Tabriz, histórica ciudad de 2 millones de habitantes). Al igual que en toda la zona de Asia Central, la dinámica histórica y política de esta región se ha regido por baremos muy diferentes a los vigentes en la Vieja Europa. La extinta URSS, los continuos cambios políticos en la antigua Persia, así como la conflictividad inherente a la región, han moldeado a los azerbaiyanos como una “nación sin Estado”, o mejor dicho, una etnia sin identidad política, unida, reconocida.
Religión y Nación han sido dos de las armas arrojadizas utilizadas en la región, tanto por parte de Irán como por parte rusa, turca y occidental. A principios de los años 90 surge el fenómeno del “Movimiento Despertar Nacional del Sur de Azerbaiyán”, con sede en Trabiz. Su jefe, el profesor universitario Mahmudali Chehraqanly, fue detenido, y posteriormente deportado a EEUU (quizás refugiándose en quien le había “pagado” su propaganda…). Nunca mejor dicho, dice Arif Yunusov (Jefe del Departamento de Estudios sobre Conflictos del Instituto de Paz y Democracia de Azerbaiyán), a los persas les “salió el tiro por la culata”.
Irán se acoge al islamismo radical con afán de convencer a las poblaciones (esencialmente rurales) de azerbaiyanos, intentado encontrar “aliados” entre las minorías kurdas, tayikas…. Por su parte, hordas de muyahidines, amaestrados en los riscos y quebradas de Afganistán, penetran en territorio azerbaiyano con el ánimo de “ayudar” en la lucha contra Armenia por el control del Alto Karabaj.
El Alto Karabaj se trata de una región “de iure” en territorio azerbaiyano, pero, “de facto”, administrado por las fuerzas de la República Independiente del Alto Karabaj (sólo reconocida por Armenia, siendo la mayoría étnica de la región armenios). La disputa por este territorio conllevó un conflicto armado que duraría, oficialmente, desde febrero de 1988 hasta mayo de 1994.
Intentando mediar entre Armenia y Azerbaiyán, Irán quiso consolidar su influencia en la región, con muy malos resultados. En pleno periodo de negociaciones, Armenia se hizo con el control, por sorpresa, de una de las plazas fuertes azerbaiyanas en el lugar (Shusha). El hecho de que Irán hubiere garantizado el cese, temporal, de cualquier hostilidad por parte de los armenios, hizo que Azerbaiyán culpara de los hechos a sus vecinos de Teherán. Era el principio, oficial, de unas tensas relaciones entre ambos países.
La rivalidad entre el “David” de Bakú y el “Goliat” persa debe buscarse, igualmente, en la gran disputa existente entre ambos países por hacerse con el control de los hidrocarburos del Mar Caspio (tema que será para otro artículo), eso sí, siempre ante la atenta mirada de EEUU y Rusia. La burocracia azerbaiyana supo aprovecharse de las hostilidades entre americanos e iraníes, aceptando (y a la vez rechazando) la instalación de bases estadoudinenses en su territorio. Irán ha amenazado a los de Bakú con la guerra, de aceptar éstos las bases del “enemigo yanqui”. No cabe duda de que en un hipotético conflicto EEUU-Irán, Azerbaiyán sería una de las claves… Algunas de las fuentes que se han seguido, principalmente:
- "Los conflictos del Cáucaso", Vanguardia Dossier Nº30, Enero-Marzo 2009.
Ilustraciones:
1) Baku. General view of town.
2) Situación del Alto Karabaj (Nagorno Karabaj)

martes, 3 de marzo de 2009

Hace DOS años... ¡Felicidades Nubiru!

Tal día como hoy, a la misma hora, día y lugar, nació Nubiru. Fue en época de exámenes, la penúltima de cuantas aquejaría durante mi licenciatura jurídica. El remedio al estrés del momento se extralimitó, absorbiendo buena parte de mis deseos e ilusiones. Nubiru; ese nombre me vino a la cabeza en cuanto quise buscar algún título por el que dar a conocer mi nuevo blog. Y es que, en efecto, la palabra me transmitía buenas vibraciones.
Hace 8 años se me ocurrió escribir un artículo en la revista de mi instituto (el IES VILATZARA, de Vilassar de Mar, Barcelona) sobre algo que me había llamado la atención. Una mañana, tumbado en el sofá (o "tronco de la iguana", como solía conocerlo), estuve viendo un documental del Discovery Channel, en el que para mi sorpresa, se hablaba, entre otras cosas, de Mesopotamia. Junto a mitos y leyendas de Moáis y demás teorías esotéricas sobre civilizaciones antiguas y extraterrestres, pude escuchar algo referente a Sumer y el décimo planeta del sistema solar, Nubiru. Según se decía en tan, personalmente, memorable documental, los nefilim (habitantes de Nubiru) fueron quienes bajaron a la Tierra y fundaron la civilización humana. Desde sus zikkurats, los nefilim se irguieron como los reyezuelos tanto del Tigris, como del Éufrates, enseñando a sus siervos los misterios de la civilización.
La verdad es que, fuera del esoterismo, cierto es que los antiguos sumerios, y babilónicos, supieron de la existencia de un planeta que no se ha identificado con ninguno de los otros 9, hoy en día, oficiales. Sabiendo que la Luna se encuentra representada en la tablilla de la discordia (pues no distinguían "planetas" y "satélites", en los términos actuales), dado el número de planetas representados, el misterio es evidente. Con todo, el éxito del artículo fue notorio. Profesores y alumnos me felicitaron, "llenándome el buche" de esperanzas venideras. Este blog, Nubiru, no sería más que el fruto, algo tardío respecto a aquél momento.
Dado lo especial del día, cuelgo el artículo "primordial" de la saga, aquél que fuera publicado en la revista de mi instituto, junto con "su segunda parte" y un artículo de la misma temática, posteado inicialmente en este blog, y ahora editado en mi primer libro: "Di que fue un sueño". Espero que sea de vuestro interés, y, ante todo, muchas gracias por tan hermosos momentos compartidos, y por el maravilloso futuro que, con toda seguridad, construiremos juntos, con vuestras visitas, comentarios, saludos y abrazos... ¡muchas gracias!
Ciencia y arqueología: Misterios sobre el espacio
Durante toda la historia de la humanidad el espacio ha fascinado siempre al hombre. Tanto como sede del gobierno divino o como mundo por descubrir. Desde tiempos remotos una larga saga de mitos y leyendas han cubierto de magia, fantasía y mentira al cosmos. Pero, ¿Dónde acaba la mentira y acaba la verdad? En este reportaje se intentará aclarar uno de los misterios que siempre ha fascinado y preocupado a la humanidad.
Como se ha dicho, el espacio siempre ha fascinado “a toda la humanidad” no solo a occidente por lo que no es de extrañar que civilizaciones ajenas al Mediterráneo tuvieran conocimientos astronómicos increíbles, es el caso de las civilizaciones maya y sumeria. Las investigaciones hechas sobre ésta última civilización han sido increíbles y nos vuelven a hacer la pregunta de: ¿Hay vida en el espacio?.
Según los sumerios sí. Se preguntarán que porque tanta curiosidad por lo que decía un pueblo tan primitivo, el porque es muy fácil. Los sumerios conocían, ya en su tiempo, el Sistema Solar con centro en el Sol y de nueve planetas, quiero decir diez. Según los sumerios existe un décimo planeta: Nubiru, cuna de la especie de los nefilim.
Los nefilim, según dicha civilización, eran los creadores de la especie humana y sus superiores, dicho de otra manera, unos dioses. Pero, ¿qué hay de cierto en semejante afirmación?
Según los actuales científicos, cerca de Plutón debe existir otro planeta aún sin descubrir pues éste no tiene suficiente fuerza como para tener la órbita que tiene alrededor del Sol.
La pregunta está hecha solo falta saber si existen y como serán. ¿Serán como nosotros?, ¿Son pacíficos? o simplemente no existen.
JAVIER SERRANO COPETE, "Vilatzara Exprés", número 1º (año 2001).
Ciencia y arqueología: Cuando los nefilim se mojaron
Volvamos al vergel mesopotámico, a la civilización de los sumerios. Según expliqué en la pasada revista, los nefilim bajaron de los cielos procedentes de su planeta, Nubiru, según creencias sumerias.
Miremos esta imagen. ¿Cuantos planetas giran alrededor del Sol?
Se sabe que en el comienzo de la civilización sumeria, la región baja de Mesopotámia estaba gobernada por poderosas ciudades estado aspirantes al poder. Cada una de ellas estaba regida por un rey que era considerado un dios, según algunos yacimientos “un nefilim”. Éstos residían en el mayor edificio de la ciudad, mitad templo mitad palacio, el zikkurrat.
El zikkurat, como se puede apreciar, es muy similar a las pirámides mayas y egipcias, aunque éste es muy anterior.
Según los sumerios, en cierto momento de su historia, un gran aguacero irrigó toda la región inundándolo todo lo que hubo a su alcance, el diluvio universal. Los dioses, nefilim, se salvaron junto con un humano y sus familiares, Noé, el Utnapishtim de los sumerios. Científicamente se está estudiando la catastrófica tormenta y hay indicios de su existencia aunque la hipotesis más cercana sea que consistiera en una simple red de inundaciones de los ríos Eufrates y Tigris, comunes en la época.
Esta coincidencia con la Biblia no es extraña pues muchas de las narraciones del sagrado libro proceden precisamente de Mesopotámia, lugar donde habitaron los antiguos judíos.
Una historia curiosa, coincidente también con la Biblia, es la historia del rey Sargón. Dicho rey, de procedencia acadia “como el macabro rey Escorpión”, fue depositado, según la tradición, en una cesta por su madre en cierto río. ¿No os recuerda a la historia de Moisés? Así mismo, Sargón fue un rey próspero y su reino duró hasta el ataque de una tribu un tanto merengona “los gutis”, no los Guti Gutiérrez sino una tribu bárbara.
Javier Serrano Copete. "Vilatzara Exprés", número 2º (año 2001).
Nubiru: el origen del nombre
Dune, Caladan, Namek, Tarsonis, Char… son nombres de planetas imaginarios, existentes sólo en la Memoria de aquellos que los conocieron en sus fantásticas fuentes. Sin embargo, no debe menospreciarse el potencial seductor del pensar en mundos imaginarios, mundos perfectos, espejos de nuestra imaginación y de nuestros sueños. Nubiru cumplió con creces con tales requisitos seduciendo a mis enamoradizas neuronas. Me cogí a él como al más preciado de los tesoros. Indague en sus caracteres, en sus contornos de Realidad y su mar de Fantasía. Nubiru me acerca al fin último que siempre he querido alcanzar en mis adentros. Esa unión sapiencial que me conecte, en un punto, con buena parte de mis aficiones. Como escribí en mi primer artículo, dicho planeta me conecta la ciencia ficción y la astronomía, con Mesopotamia y los sumerios, las ciencias sociales con las naturales, la Ciencia Pura y la Historia.Recuerdo verme contemplando uno de esos sensacionalistas documentales americanos del Discovery Channel. El hecho de que tratara acerca de los sumerios hizo que parara en mi duro deporte de zappinear con el mando. Imágenes increíbles y videos sobre el vergel mesopotámico. ¿Qué era aquello de relacionar planetas y mesopotámicos? Ante mi asombro descubrí tesis de reconocidos físicos y astrónomos que enunciaban la tesis de que por causas físicas, relacionadas con la gravedad y el movimiento orbital, Plutón no disponía del peso necesario para realizar su irremediable trayecto alrededor del Sol. Según afirmaban estos científicos, debía haber una masa complementaria, a parte de su satélite Caronte, para poder perfeccionar tal inevitable misión. Estos científicos fueron quienes me presentaron la idea de la posible existencia de un nuevo planeta.
Aquello que me acabo de seducir, fue la circunstancia de que mostraran cómo los sumerios y babilonios, con su perfeccionada ciencia, lo pudieron haber previsto a juzgar por datos enigmáticos como la existencia de la imagen gravada que enseño en este artículo. Del contar los planetas que aparecen en tal imagen, se constata cómo sobra uno, a juzgar por nuestras creencias, o dos, si tenemos en cuenta que hoy en día parece ser que Plutón ha descendido de categoría, no considerándose ya un planeta. Posiblemente ello sea una mera casualidad, pero no deja de ser fascinante toda la mitología construida en Mesopotamia alrededor de tal contingencia.De forma similar al posterior cesaropapismo justinianeo, en las antiguas ciudad-estado mesopotámicas poder religioso y civil se concentraban en una serie de reyes cuasi divinizados. Detentaban el poder coactivo desde sus imponentes templos escalonados o zikkurats, ayudando a la creación de los primeros estados, la primera burocracia y al nacimiento de la escritura en tanto que herramienta de control de poder. En términos jurídicos, la legitimidad directa de los gobernantes no medraba de elección alguna sino de la metafísica voluntad divina. No del Dios único de las religiones monoteístas, sino del gran panteón politeísta existente en la religión de tal región del Globo. Concretamente, el en o lugal (pues ese es el nombre por el que se conocen tales gobernantes) recibía su legitimidad del poder concedido por la raza superior o nefilim. Mitológicamente, tales seres eran los habitantes de Nubiru, el mundo exterior helado del cual decían proceder tales gigantes.Como es de figurar en los tiempos que corren, tan fascinante asunto fue fácil presa para esa plaga esotérica que parece dominar la divulgación, tanto histórica como científica. Mi óptica pretende pertenecer más al mundo de la religión, ciertamente esotérico en sí mismo en no pocos aspectos, la arqueología y, sobretodo, la mitología. Es evidente, a día de hoy, que no hay evidencias de vida en otros planetas. No obstante, parece ser que Nubiru, o mejor dicho, el compañero planetario de Plutón parece existir. Su nombre genérico continúa siendo X, a expensas de que se confirme su existencia.
Pese a no querer caer en las indeseadas gargantas del esoterismo, quisiera proponer la reflexión de cómo en no pocas ocasiones caemos en el etnocentrismo de creer que todo lo antiguo, todo lo perteneciente a civilizaciones pasadas, es, cuanto menos, anticuado e inferior a los conocimientos de la técnica y la ciencia modernas; los antiguos tuvieron sus propias bases de Conocimiento, que no siempre nos han llegado en su integridad. Tampoco debemos creer que los antiguos fueran algo parecido a magos poseedores de conocimientos arcanos que nos resulten actualmente vedados, simplemente debemos considerar cómo el Mundo, en su interminable caída en el Caos, muta; cambiando él y quienes lo habitan, evolucionando conforme a los dictámenes del transcurso del Tiempo.
(año 2007), publicado en:
Inicio de la Tercera Temporada en Nubiru! ;-)