Os paso un artículo de mi autoría, para aquellos que no podáis conseguir el periódico LaPlazuela (nuevo periódico de Sigüenza y comarca).
Bicentenario de la Diputación
El jueves 25
de abril de 2013 se ha celebrado el Bicentenario de la Primera
Diputación Provincial de Guadalajara, creada en Anguita. Como
homenaje a este hito, les propongo un juego, imagínense la situación
que les sugiero... Han pasado algunos millones de años. Una nave
alienígena aterriza en lo que antaño fue la Plaza Mayor de Anguita.
Varios extraterrestres dan un paseo por la zona en busca de indicios
de vida inteligente. De entre toda la materia inerte les llama la
atención un extraño vacío en piedra, con forma semejante a un
boomerang. Han oído hablar de la especie humana y por ello han
venido a la tierra. Inspeccionan el extraño monolito que contiene
el vacío. No cabe duda, está hecho por el hombre.
El monolito
consta de tres tipos de piedra; los alienígenas no saben que
proceden de tres lugares diferentes: Alcarria, Señorío de Molina y
Serranía. Uno de los sensores que llevan les indica que en el
interior del monumento, sellado, se encuentran tres “cápsulas del
tiempo”. Abren el corazón pétreo del monolito y de él extraen
varios documentos que hablan de unos hechos acaecidos hace muchísimo
tiempo.
El lugar
donde se hallan, Anguita, fue el sitio escogido para fundar una de
las primeras Diputaciones provinciales de España siguiendo la
Constitución de Cádiz (no está claro si, por cuestión de días,
fue anterior la de Valladolid y previamente a ambas, tal vez la de
Cuenca). El lugar escogido no fue baladí. España se hallaba en
guerra contra Napoleón, y las tropas de El Empecinado (principal
héroe de la resistencia española) se hallaban por el lugar,
teniendo por cuartel general y archivo el Buendesvío (en Santa María
del Espino). Pisándole los talones iba el General Hugo (padre del
autor de “Los Miserables”), quien saquearía la zona, según se
narra en sus Memorias, prestando batalla a los españoles en el
paraje anguiteño de Peña el Águila. Como centro económico del
antiguo Común de Villa y Tierra de Medinaceli (y lugar donde se
reunían sus Cortes), y dada su proximidad al Buendesvío, la
resistencia española de aquella época escogió el lugar para dar
cumplimiento de “la Pepa”, pues Guadalajara capital y Madrid aún
estaban ocupadas por el enemigo francés.
La Anguita
de aquella época aún estaba en su época de esplendor. El lugar
contaba con una industria lanera puntera (sus lanas llegaron a ser
célebres en Flandes) dotada de múltiples telares, tintes y batanes.
De entre todas las bellas casas serranas que pueblan el centro
histórico del lugar, para la realización de los hechos, ahora
conmemorados, se escogió el edificio del actual ayuntamiento. Este
pequeño palacete consta de una fachada de arco adovelado, alfiz y
patio acorralado con columnas y artesonado. Antiguo pósito y dotado
de cárcel, el lugar fue digno marco en el que poder acometer un
hecho histórico de tanto calibre.
La
Diputación, como el monolito que nos sirve para la narración
(recién inaugurado en la Plaza Mayor del pueblo), para muchos es
“pétrea”, inmune al paso del tiempo. La necesidad de pueblos
como Anguita de tener un ente que se encargue de ellos con la
proximidad de una Diputación es evidente. ¿Posibles duplicidades?,
eso sería un largo debate. Se mire por donde se mire, la importancia
de los personajes implicados en esta historia nos hace llegar a una
conclusión: ¡cuánta importancia han tenido enclaves hoy tan
desconocidos!
Imágenes:
- Fotografía de Jesús Serrano de Nicolás