domingo, 14 de diciembre de 2008

Propiedad Zoológica

Justo antes de seguir con el estudio, no es extraño que mire, durante un rato, alguno de los documentales de "la 2". Un día, viendo el clásico reportaje de leones y ñus en la sabana africana, a uno de mis tíos (doctos siempre en geniales reflexiones y muestras de gran sabiduría) se le ocurrió decir que “cómo podía ser que en África pastaran grandes rebaños mientras la gente pasaba hambre, cómo no cultivaban esa tierra para conseguir alimentos”. La verdad es que, como buen amante de los animales, mi respuesta no se hizo esperar, pero bien cierto es que la misma no pudo mantenerse ajena al condicionante de considerar cuál pudiera ser la solución a este real binomio entre progreso y naturaleza, agricultores y vida salvaje, animales y personas. Pocos días después de la reflexión de mi tío, pude leer en el diario “elPaís” el artículo: “La tierra para quien la paga”, ciertamente sobrecogedor.

Mi padre, con gran jocosidad, siempre se ha preguntado si supe decir antes “ñu” o “papá”. La verdad es que yo también lo dudo. Mi afición por los animales (y dentro de los mismos, por los dinosaurios) siempre ha sido bastante sólida, desde la infancia y la adolescencia a nuestros días, en los que, aún, con gran fuerza, pervive. Cierto es que todo amante defiende lo que ama, mi caso no es diferente. Sin embargo, propongo una reflexión sobre algunas variables, un pensamiento responsable y congruente con lo que nuestros gobiernos realizan, muy especialmente, en el continente africano.

Dejando a un lado las restricciones a la libre competencia, que entes como la UE protagonizan respecto a los países africanos, grandes proyectos para la humanidad, de mayor o menor ética, se ven implicados en este asunto. A nadie se le escapa que a los habitantes de ciudades, literalmente en el desierto, como Dubai o Doha, requieren de alimentos con los que nutrir a sus habitantes, cada vez más numerosos. De hecho, los países de la Península Arábiga, tienen una consolidada tradición de invertir en la compra de tierras en países extranjeros, para cultivar en ellas los alimentos que posteriormente van a importar a sus feudos domésticos. Con el auge de estos asentamientos las inversiones se han disparado. Más población y más ingresos (en su mayoría “petrodólares”) alimentan al monstruo, con especial virulencia. Esta situación, ya de por sí inquietante, se ha visto acentuada con la aparición en escena de nuevos países.

Según recoge este genial artículo, de más que recomendable lectura, países como Alemania o Corea del Sur están adquiriendo miles de hectáreas en lugares como Tanzania y Madagascar, ambos con un elevadísimo índice de habitantes dentro del umbral de la pobreza. Si bien en el segundo caso se trata de una excusa “mínimamente excusable”, valga la redundancia, en el primer caso no deja de ser miserable que un país como el gigante teutón maquine con sembrar 200.000 hectáreas para biodiesel en Tanzania, un Estado de gran pobreza, a la vez que riqueza medioambiental (caso equivalente, como decimos, a la compra por la coreana Daewoo Logistics Corporation, de la mitad de la superficie cultivable de la isla de Madagascar, uno de los últimos enclaves donde pueden contemplarse ecosistemas vírgenes para la vida salvaje). Más allá del reparto de la riqueza, pues proyectos como estos parecen, prima facie, amenazar sobremanera a los pequeños agricultores (la gran mayoría de ellos sin título dominical alguno), debemos de centrarnos en una disyuntiva vital para la especie humana, la misma que un principio ya apuntábamos. Animales frente a desarrollo.

Una explotación responsable de las tierras africanas, de donde pudiera extraerse alimentos para terceros países (siempre y cuando se asegurara el suministro para los países explotados) podría estudiarse; si bien, el mero pensar en ello ya atenta contra la conservación de la vida salvaje de estos lugares. Pese a todo, llegados a este punto, a nadie se le debe escapar que en los Estados desarrollados, también en España, el propio “desarrollo” ha atentando en infinidad de ocasiones contra la biodiversidad, acabando con buena parte de las especies que antaño poblaron estas ricas naciones. Privar de “su derecho” a los países en desarrollo no es ético, sí que lo es, sin embargo, vigilar que terceros pretendan esgrimir la espada de la justicia distributiva para subyugar los países ricos en terreno cultibable, hoy en día, aconteciendo “ranchos” para el inversor coreano, japonés, saudí o alemán de turno.

Creo que el camino hacia la explotación de las tierras vírgenes es inevitable. Antes o después los lugares fértiles serán explotados, no sólo con el argumento de alimentar a los de nuestra especie, sino también con la expectativa de mantener el nivel de vida de los países desarrollados (y de todos aquellos que desean serlo algún día). La ciudad es un antónimo del campo, ello debe ser recordado. Pero bien cierto es que la vida urbana nos ha brindado, ya desde Mesopotamia, un caldo de cultivo para las ciencias, la técnica y la mejora en nuestras condiciones de vida. Visto todo esto, las especies en peligro de extinción parecen condenadas al abismo. Defendiendo siempre el superior valor del bienestar de las personas (no siendo tolerable la pobreza y hambre de miles de millones de seres), debemos asimilar una filosofía “ambiental” que nos permita hacer posible una conservación de aquellos animales a los que tanto amamos. Por mi parte, la solución se centra en un concepto, la idea de “patrimonio zoológico”.

No puede sostenerse, por más que se empeñe el movimiento ecologista más radicalizado, que los animales tengan derechos; pues “tener un derecho” implica un potencial sapiencial por parte del beneficiado, circunstancia, que hasta día de hoy, nos pertenece en exclusiva a los Homo Sapiens Sapiens. Sin embargo, parafraseando al inmortal Ihering, bien pudiéramos hablar de un “interés jurídicamente protegible”, en este caso, la biodiversidad global.
El futuro son las reservas, las grandes extensiones de parques naturales, nacionales y reservas de la biosfera. Una distribución del globo que reconozca la hegemonía humana, pero siempre supeditada al interés de conservar la Tierra y sus especies para quienes vengan después, o lo que es lo mismo, una solidaridad intergeneracional que nos lleve a preservar los animales en peligro de extinción. Es por ello, que los proyectos de protección de los animales son tan necesarios, no como una suerte de "reunión constituyente" reconocedora de derechos, sino más bien como proyectos de restauración, ideas conservacionistas que asimilen la Naturaleza con el Patrimonio histórico, pues a nadie se le debe escapar, la Historia Natural es un concepto que incluye a la genuinamente nuestra.

* Casos donde la intervención humana ha asegurado la pervivencia de especies "virtualmente extintas" son los del bisonte europeo y, muy notoriamente, el ñú de cola blanca (criado en reservas y granjas de Sudáfrica).

Enlace recomendado:
Imágenes:
En primer lugar, "Drawing of Nyassaland Wildebeest ((Connochaetes taurinus johnstoni), from "British Central Africa", Sir H. H. Johnston" (1903).
En segundo lugar, "The skyline of dubai from sheik zayed road" de Iardo, sujeta a GNU Free Documentation License.

9 comentarios:

Striper dijo...

yo creo que siempre que fuera una explotacion sostenible, respectuosa i totalmente ajena a las multinacionales de semillas iy demas si.

Dinorider d'Andoandor dijo...

el eterno "nature vs nurture"

acá hacen comentarios similares respecto a la Amazonia, muchos parecen hacer caso omiso al que la agricultura migratoria sea una de las causas principales de la desaparición de los bosques

a los poderosos usualmente les importa un pito a quien o qué tengan que hacer harina para amasar más fortuna.

en escala menor, te cuento que acá en mi ciudad, con el crecimiento de la misma se borró del mapa una flor amarilla llamda amancae que era un símbolo de las colinas que dominaban la ciudad. No pudo contra el desequilibrio ecológico. Ahora para verlas hay que ir leeeeejos hasta más allá de las afueras de la ciudad.

Patri dijo...

Tarde o temprano será explotada la tierra virgen, bien por una razón o por otra, y desgraciadamente, es más que probable que no se mire la fauna que se pueda dañar.

También es cierto, que en todos esos paises donde hay tal miseria se podrían buscar soluciones que no veo que nadie de...

Lo mismo nos encaminanos ha un planeta de ricos...

Besotesssssssss

Anónimo dijo...

Hola, Javier, antes de irme a la cama he leido tu artículo recien colgado. Y se me ha venido a la cabeza lo que el otro día, en el viaje de vuelta desde Chile a España, ví sobre América: el avion (un enorme Airbus 340) tuvo que salir del aeropuerto orientado hacia el Pacífico, para allí dar la vuelta y empezar a subir muy alto, y poder cruzar los Andes, que están sobre Santiago mismo. Si no lo hubiera hecho no los habría remontado. Los Andes, aun con ser verano, aún están colmados de enormes glaciares en sus cumbres. Luego atravesó las planicies yermas de Argentina y Paraguay, y finalmente sobrevoló, durante varias horas, Brasil.
Y ahí es donde voy: el Gobierno brasileño sigue permitiendo que se queme la selva, en grandes parcelas, comiéndose la auténtica reserva natural del planeta, de América, la enorme cuenca del Amazonas, y en su lugar están surgiendo enormes plantaciones para producir el "biodiesel". Siempre hay grandes macromillonarios detrás de eso. Y detrás o entremedias, siempre están los gobiernos.... qué lástima. Pero es así, yo lo he visto: la Amazonia la están quemando unos cuantos desgraciados.

Gouki dijo...

paises que compran cachos de paises...dentro de poco seran empresas las que compren cachos de paises o paises enteros.
este mundo cada vez va a peor!!

no estoy de acuerdo con una cosa, potencialidad no implica ser.

Dinorider d'Andoandor dijo...

hola Fujur, acá otra vez, me han mandado unas fotos y ... ¿qué crees que sea? están en el último post.

El llano Galvín dijo...

El tema es bastante peliagudo; yo desde luego abogo por un respeto hacia los terrenos todavía vírgenes pero dudo razonablemente que haya alguna posibilidad de supervivencia. Creo que siempre prima el interés humano sobre el del resto de la naturaleza y eso que es la base de nuestro sustento. Somos la hostia, vamos!!
Me ha hecho mucha gracia lo de decir antes ñu que papá, yo lo que primero dibujé no fué una línea o un círculo, sino un pez; mi familia siempre lo cuenta...
Un abrazo!!!

Dinorider d'Andoandor dijo...

[silbando por la ventana]
pst pst ...
orni + tero ... oficialmente ... dicen

Rodrigo Martin Campo dijo...

siempre llama muchisimo la atencion como usas componentes tan distintos y lso fucionas! creo que ahy radica tu mayor aporte de originalidad!!
Un saludo desde Argentina!