jueves, 5 de noviembre de 2009

Hoy es mi cumpleaños.

Hoy me he levantado con un frío más intenso, aun siendo común para este época, prefacio del invierno. Los ánimos no estaban en mi pie derecho, si bien, al levantarme, la felicitación de mi madre me ha hecho alegrarme, al menos, por un momento. Me dicen que siempre he sido "singular" para los cumpleaños, pues tan pronto espero que sea un día mágico (en el que el Sol vaya de occidente a oriente y no al contrario), como me lamento por ser un año más viejo.... Esta vez, siendo 24, me decanto más por esta última lectura.

El ser humano tiene una gran diferencia con el oso. En éstos, cuando llega el momento, la osa rechaza a sus oseznos dándoles a entender que ya es momento de que se busquen el sustento por sí mismos; los humanos somos distintos, desde que salimos del claustro materno (y pasan las 24 horas del Código) y hasta que tenemos la pésima dicha de despedirnos en este mundo de ella, nuestra madre siempre nos quiere, y rara vez, será capaz de ¡echarnos del nido!.

Precisamente por que hoy es un día especial, escribo cuatro líneas improvisadas y, ante todo, no tanto de homenaje propio como de agradecimiento hacia vosotros, mis lectores, aquellos que al encender el ordenador me alegráis la jornada con vuestros comentarios y mensajes. Dicen que la felicidad es conseguir que cada uno de los 365 días sean "algo así como tu cumpleaños", no sé si eso será posible, pero vuestras palabras hacia mí, aun conteniendo críticas en pocas ocasiones, me saben igualmente bien que las felicitaciones por este día.

Os dejo un artículo escrito hace un buen tiempo, artículo con el que cerré mi primer libro: "Di que fue un sueño" (Buenos Aires, elAleph.com, 2007). Creo que para el día... estas palabras se acomodan totalmente.

Gracias por conseguir que mi experiencia bloggiana sea un regalo diario y una satisfacción, tanto de noche, como, ante todo, de día ;-). ¡Lástima no ser Peter Pan, demonios!

"Más allá de las funciones vitales, de los vértices muerte-nacimiento, de vistosas o mundanas preliminares, incluso antes que el arte del regalo, la danza o del cortejo, existe un instante que, por razón de lo vivo o quién sabe si más bien como anticipo del quehacer venidero, implica un cambio brusco, una despedida tan involuntaria como necesaria, una declaración de independencia y un sueño de que la tranquilidad de la existencia primordial fuera tan infinita como placentera. El salto del nido, el primer vuelo, la primera migración, el primer baño, el primer sarpullido, el primer acto de autónoma rebeldía, el régimen de lo necesario e inescrutable, de lo impuesto, lo incontrolable, lo vitalmente útil, el diferencial de estar o participar de lo ausente; algo así se siente al firmar el último examen, cerrar esa puerta del recibidor académico que precede a la puerta de salida, aquella tan brusca como severa, la guardiana de lo impredecible, la custodia del Destino.


Se abre y uno se identifica con el pollito, la joven rapaz o el tan oscuro como joven pingüino. Sí, llegó el momento. Mi esencia humana se solidariza con lo aviano, aún viviendo en casa siento que se me hace pequeño el nido. El vuelo amaga con ser largo, quién sabe a dónde conducirá y como lo sentiré, seguramente se me haga extraño gravitar en fuerzas en las que no se puede descubrir lo que vendrá, corrientes incontrolables que saben decirte bien, bien qué pasará contigo o si llegarás a alguna parte.

Como símil del mercantil empresario, siento que en lo su-cesivo deberé soportar todo el riesgo. Qué sea o me hagan dependerá tanto del Azar como de la seguridad de mis desig-nios. La ilusión debe cristalizar en fortaleza. Aunque tenga armadura de vidrio, poco acostumbrada a embestidas, quién sabe si el cordero pasará a carnero o se lo asimilará lo cinegético del eventual mal futuro. Me siento de repente sólo. Poco arreglo foráneo tiene lo que me venga de ahora en adelante. Adiós al profesor, adiós a la seguridad de los arreglos caseros, ya todo lo importante depende de uno mismo, volar para que no te traguen los cielos.

¡Quién dijo que había motivos para añorar las alas del pájaro! La metáfora aviar me inquieta más que la gripe, y sus maniobras y tirabuzones me preocupan como todo lo extraño. Yo también vuelo, quizás sobre Babia muchas veces y otras tantas sobre la Luna de Valencia, sin embargo, el trayecto no es identificable, ni las cuerdas que lo mueven, lo siento, pero ante todo, sigo siendo agnóstico, y acaso algo escéptico.

No lo entiendo, por qué no evolucionó el contorno para que yo pudiera permanecer recogido en el cesto del nido. Caliente con el confort del esfuerzo ajeno, mantenido en el mimo foráneo, en la acción, gentil en lo familiar, placentero en tanto que materno. Lástima dan los albatros, pingüinos y demás aves marinas que al abandonar su hogar deben alzarse con el trofeo de sobrevivir en los mares. Por qué darían ideas, por qué generarían tantos males.

El mercado de lo jurídico se me acontece como un leviatánico caos esencialmente desordenado. Quién sabe si las corrientes las genera la competencia, o el albedrío que todo lo rige. No. Prefiero permanecer en el nido, o cuanto menos que me den una barca. ¡Reniego de ser vivo y blasfemo sobre lo esencial de lo aviano! ¡Por qué tuvieron que volar cuando pudieron permanecer quietos, por qué me tuvieron que robar mi nido si yo siempre lo tuve en lo más corazonal de mis adentros!"

* Imagen: Rhinoceros Auklet chick on Farallon Islands. This chick is almost ready to fledge. Taken by Duncan Wright. Permission is granted to copy, distribute and/or modify this document under the terms of the GNU Free Documentation License, Version 1.2 or any later version published by the Free Software Foundation; with no Invariant Sections, no Front-Cover Texts, and no Back-Cover Texts. Subject to disclaimers.

Por último... un vídeo entrañable ;-)



15 comentarios:

Fabber dijo...

¡Feliz cumpleaños, crack! Dentro de la perspectiva individualista, el cumpleaños de uno mismo es el día más importante del año, porque el principal sentido de la fecha es conmemorar la llegada al mundo. Suena redundante, pero no lo es cuando el sistema te bombardea día y noche con que la Navidad u otras fechas de consumo masivo son más importantes que el "día de uno mismo".

¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

¡Feliz cumpleaños, compañero! Y no te preocupes porque se vayan los años, que siempre vendrán otros nuevos para vivirlos. Y si alguna vez no vienen nuevos, no importará demasiado, pues los habrás disfrutado en grande :D

isobel dijo...

jajaja Felicidades, y los años no se van, se viven, besos y a disfrutar de los que restan y que resten muchos

Gouki dijo...

Zorionak!! y no te preocupes con el numero de los años, que lo importante es la edad celular, no la que viene el en carnet!!

Striper dijo...

Mi felicitacion;
http://www.youtube.com/watch?v=MNC4AazqpOg

El llano Galvín dijo...

Pero bueno Javier!!
Lo primero felicitarte y después decirte que el paso del tiempo siempre es positivo, vas a vivir mil vivencias de todo tipo que te enriquecerán, conocerás montones de personas que cambiarán tu vida, aprenderás montones de cosas casi sin darte cuenta... vamos que tienes que disfrutar este día porque siempre hay algo que celebrar ¿no están ahí tus amigos recordándotelo?
Disfruta pequeñajo!!!! Un abrazo!!!

Jorge Van Veen dijo...

Felicidades Javi! ¡Vaya! ¡Otro de noviembre! Todos los que conozco de este mes son buenas personas, buena gente!
Pues nada, decir que si la palabra "crackovia" no se hubiese inventado para poner nombre a aquel cómic televisivo, podría haberlo hecho cualquiera para definir este blog que tú tanto quieres y al que tanto tiempo le has ofrecido. Si el día de tu cumpleaños diriges tus mejores palabras a este blog y a la gente que lo sigue, te felicitaré de la misma forma: nubiru es tu mundo, tu planeta (nunca mejor dicho), tú lo creas, a la gente le gusta. Eso en mi Terra se llama éxito, del cual sólo tú tienes la culpa.

Un fuerte saludo!

Anónimo dijo...

MIL Felicidades en este venturoso día. Que siga creciendo el ánimo, es lo que hace falta. Los años vienen solos, es la fuerza de vivir la que uno a sí mismo se entrega.
Tu amigo,
Antonio.

Anónimo dijo...

Javier, cuando cumples 24 años no eres un año más viejo, sino un año más joven. Y, por tanto, todavía te quedan muchos para seguir rejuveneciéndote.
Que los disfrutes en buena compañía.
Un abrazo / Santi.

Fujur dijo...

FELICIDADES VIEJO!!!!

Dos consejos:

LA JUVENTUD ES UNA ENFERMEDAD QUE SE CURA CON LOS AÑOS

LOS AÑOS ES LO UNICO QUE NO HAY QUE CONTAR, NADIE TE LOS ROBARA

Un abrazo

Manolo

Dinorider d'Andoandor dijo...

¿Y? ¿hasta qué hora fue la celebración?
;)
abraçada de natalici! XD

¡el bebé Sinclair manda! me gustó el video

Eric dijo...

Muchas felicidades!!

Y enhorabuena por el blog, seguiré pasándome por aquí a echar un ojo, que veo cosas interesantes ;-)

Atenea dijo...

Qué pena el atraso! pero, feliz cumpleaños!! :) Espero la hayas pasado bonito!.

Somos signos vecinos, jejeje, yo soy del 19 de diciembre (sagitario) uy Uds. los escorpiones tienen una famita, jejeje.

Qué emoción el video del bebé sinclair!!! yo veía ese programa cuando era niña!! :D Qué tiempos aquellos!

Un fuerte abrazo de cumpleaños!

Ana dijo...

Muchas felicidades, aunque con retraso,y recuerda que todas las edades tienen sus grandes momentos.
Enhorabuena por tu blog.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Pues MUCHAS FELICIDADES con cierto retraso, mi querido Javier y no te tortures con esto de la edad, que todavía eres un chiquillo. Y no tengas miedo a volar, que no atodos les ocurre como a Ícaro,a fortunadamente y menos aún a los excepticos y agnósticos, que en eso ya somos dos. Un besote fuerte y de nuevo mis más sinceras felicitaciones.