viernes, 17 de octubre de 2008

Por siempre. Para mi Maestro

Nubiru hoy pierde un lector, un comentarista de excepción y, ante todo, gran profesor y amigo. Ha muerto D. Juan Miquel González de Audicana
Recuerdo aquel día como si fuera ayer. El alumnado hablaba de sus cosas e iba llegando al aula asignada (en el edificio de Jaume I de la UPF de Ciutadella); todo ello esperando la llegada del profesor. Yo me encontraba entre ellos. Era el primer día de clase y nadie sabía qué era lo que nos iba a reparar aquella asignatura: “Instituciones Jurídicas Comparadas”. El temario era un tanto curioso, con puntos del programa ciertamente “sui generis”. Hoy, una vez licenciado, se puede decir que todos los asistentes estábamos un tanto “preocupados”, al saber, en lo referente a la asignatura, sólo de la entidad y prestigio del profesor, y nada del contenido de esa misteriosa materia. Repentinamente se abre la puerta de la “ensardinada” aula. Por ella entra un hombre de edad avanzada, vestido elegantemente (sin necesidad de aparentar grandes facturas de abogacía, ni mayor meritocracia que la de ser eminente en mil y una materias). Empieza a hablar y todos escuchamos, no olvidemos que es la primera sesión, con la mayor atención y curiosidad por lo que nos explica. Pasan los días y uno se da cuenta de que no se encuentra en una asignatura común. Aquel momento tantas veces soñado, una clase con un maestro “aristotélico”, sabio y bondadoso, se hace realidad con la docencia del Dr. Miquel. Sus alumnos le contemplan entusiasmados, como no podía ser de otra forma. Sería la primera vez que oíamos hablar de Confucio, las “normas jurídicas” del Corán o de las más variopintas anécdotas y consejos, de ese hercúleo titán del saber, a la sazón, vestido de eminencia. Aquella asignatura me dejó marcado, fue el inicio de una relación Maestro-discípulo.
No pasaría curso sin que fuera, en varias ocasiones, a saludar al Dr. Miquel. Su eterna sonrisa y sabia tertulia eran, para el tiempo por pasar, de lo más seductoras. Siempre tenía un asunto entre manos, un nuevo estudio o fecundas ideas que compartir con quien tuviere la suerte, en ese instante, de estar practicando el noble arte de la tertulia o conversa. Joan Miquel era así, un hombre enorme con la más sincera, bonachona, humilde, y a la vez admirada, figura. A sus setenta años no conocía límites de futuro. Planeaba visitar la “Patria chica” de todo gran romanista, véase Constantinopla, a la vez que hacía planes sobre cuál iba a ser la próxima Universidad que iba a gozar de su privilegiada docencia. Japón, Múnich, Bolonia, La Laguna o Valencia bien sabían de su notabilísima mente. En los últimos meses le habían propuesto cambiar “su Universidad”, o lo que es lo mismo, la Universidad Pompeu Fabra, por la de la capital bávara. Lugar donde la guadaña tenebrosa le sorprendió, cómo no, en acto de servicio: estudiando, a la vez que enseñando.
Son muchas las cosas que recuerdo de tan querida persona, en lo personal, mi más notorio e inolvidable Maestro. Quisiera citar algunas, perlas de mi joven vida que me sonrojan al recordarlas, que me alegran al pensar que yo fui afortunado por recibir sombra de tan fuerte roble. Como en un resto de infinidad de cosas, el profesor Miquel era un ejemplo de vida sana. Le gustaba caminar, no siendo extraño que fuera, y lo que era aún más meritorio para su edad, volviera, cuasi cada día desde su residencia hasta el Campus de Ciutadella. Precisamente, acompañándole en una de sus caminatas, me acaeció una de las experiencias más maravillosas que me han ocurrido a mis 22 años.
A la altura de la Plaza Urquinaona, el Profesor se encontró con una de sus innumerables discípulas. Al preguntarle dónde iba, mi Maestro le contestó que iba de paseo con su “Discípulo predilecto”. Además de un contundente sonrojo, la afirmación motivó que me dieran ganas de enmendar el adjetivo, cambiando el “predilecto” por un “afortunado”. Precisamente, fortuna fue lo que me faltó cuando, hace poco menos de un mes, hablaba con él por teléfono. Mientras me comentaba el nacimiento de su nuevo nieto, y la lectura de la tesis doctoral por parte de su queridísima hija (ambas cosas acaecidas en dos días, el niño en la barriga de la madre cuando ésta leía el texto ante el Tribunal), el teléfono de su despacho se estropeó, teniéndose que posponer, forzosamente, nuestra conversación pendiente. Quizá como manía, decidí llamarle 3, 4 o 5 veces cada semana, desde entonces, con la esperanza de poder acabar esta “conversa". Sin embargo, el infortunio del teléfono me privó de esta conversación, que tanto deseaba. Hoy he vuelto a llamar a ese número, esperando que ese “sí, dígame”, tan familiar como cariñoso, me brindara la ocasión de poder relajarme con un tiempo de sano intercambio de ideas y experiencias. Ello no ha pasado, la pesadilla no ha desaparecido, dejando lugar a un nuevo momento.
No creo ser capaz de poder desearle que descanse en paz, pues sé que ello es imposible. Donde quiera que medre desde ahora, seguro que seguirá hablando de Justiniano, Ihering, Confucio o Kunkel. Seguro que continua enseñando al primero que pase por delante de su sabia efigie. No tengo dudas. Allá donde quieras que estés, Maestro, seguirás siendo la misma dinamo incansable, el mismo sabio perdido, la última gran eminencia que ha sabido enseñar como Aristóteles, aun siendo romanista, en vez de griego.
Por siempre, Dr. Miquel.
Alguien que, desgraciadamente sin ser familia, siempre te seguirá recordando y queriendo, como buen ayo y mejor amigo, Maestro del que siempre, aún en el infinito, seguiré sintiéndome honrado por poder haber sido uno de sus últimos discípulos.
Origen de las fotos: Universidad Pompeu Fabra.
*Artículo sobre el Dr. Miquel, del Dr. Alejandro Nieto, publicado en el diario "ElPaís" de 23 de octubre de 2008:
* Una nuevo artículo conmemorativo en: http://dragon.blogalia.com/historias/60174#comentarios
* Artículo de Lothar Siemens Hernández en "La Opinión de Tenerife":
* El 12 de Diciembre, de 2008, se le otorga, a título póstumo, la Medalla de la UPF.
(Artículo publicado en la "Revista General de Derecho Romano", Iustel, diciembre de 2008)

28 comentarios:

isobel dijo...

un abrazo y `piensa que has tenido mucha mucha suerte de conocer a alguien así

El llano Galvín dijo...

Siento mucho que hayas perdido a un guía y amigo, pero como dice Isobel recuerda la suerte que has tenido en conocerlo. Yo perdí a mi mejor amigo, Diego, y sólo puedo recordar cosas buenas de él e incluso sonrío al recordarlo. Un abrazo!!!!

variopaint dijo...

Bueno, en realidad no se me ocurre gran cosa...quizá algún día escriba algo sobre el Derecho como ficción de la realidad. Parece que los hombres no son capaces de contemplarla tal como es (o tal y como aparece) y tiene que plasmar esa impresión de realidad mediante normas. Evidentemente, esas normas no son un espejo de la realidad, de modo que se articulan después de ella. Lo más curioso es que crean una forma férrea, fuera de la cual no cabe otra realidad. Lo cierto es que el sentido de lo real se sustituye en ese hecho por la lógica jurídica.

En cierto sentido, el Derecho se asimila a la Matemática como una forma externa y especifica de entender la realidad, en un caso mediante la norma y en el otro mediante el número, pero sin lograr atisbar nada más que un aspecto parcial de la misma. Existe algo teatral en el Derecho, una representación del alma - que podría decir un poeta - envuelta en códigos y artículos que hablan sobre una realidad soñada que jamás ocurre, aquella que aspira al ideal de la justicia. Lo curioso es que ese ideal deba pasar por el ara de la forma. Si no sabe usted ecuaciones de segundo grado no será feliz, caballero...

A mi me hace mucha gracia el afán de legislarlo todo, especialmente por parte de los que se dicen que están a favor del progreso, porque no creo en la fuerza de la leyes como instrumento único de transformación social. Más bien, las leyes reflejan situaciones que ya , en alguna medida, se han resuelto antes en la vida real y esos textos no hacen más que refrendar una costumbre que la sociedad adoptó mucho antes de que el legislador emprendiera su tarea. Por eso admiro a las sociedades que no derogan leyes (o que crean pocas) limitándose a estipular la eficacia y la eficiencia de lo ya juzgado como norma. La mejor forma de ser un buen actor, consiste, precisamente, en haber acudido (y admirado, en ocasiones) a muchas funciones de teatro.

Un abrazo

Artax el Eterno Cruzado dijo...

Lamento la perdida Nubi, pero al igual que te han dicho, y que tu has nombrado, guarda el recuerdo, las experiencias, los conocimientos y de esa forma, mientras alla alguien que recuerde minimamente a alguien, siempre seguira con vida.

Algún día terminaras la conversación, solo que deberas tener paciencia, como en Gladiator, "Nos volveremos a ver, pero aún no...", vive, aprende, disfruta, y con ello no solo podras terminar la conversación, si no que tendras cientos mas que hablar, al igual que, seguramente, alguno/muchos se quedaran con una conversación pendiente que esperaran terminar contigo, como con el resto, vidas diferentes, muertes diferentes, un principio y un fin común con un nudo que sera el cual nos de una personalidad de donde la gente podra o no sentirse orgullosa.

In Memoriam.

Anónimo dijo...

Gracias Nubiri por tan hermosas palabras, yo soy Isabel, una de las sobrinas de Juan Miquel.

Me ha emocionado profundamente tu escrito, tanto que se lo he mandado a toda la familia.

En estos momentos tan tristes y tan duros para nosotros, leer lo que cuentas de mi querido tío Juan, sentir tu cariño y admiración, ver como compartes con el mundo tus sentimientos hacia él, me reconforta y me consuela.

Yo si que he tenido la suerte y el honor de ser familia de Juan Miquel González de Audicana, pero también tú, al igual que mucha gente, ha compartido con nosotros la misma suerte bajo la forma de amigos y discípulos.

Juan Miquel se ha ido, pero vivirá siempre en el corazón de todos los que le queremos, siempre podremos disfrutar del recuerdo de los momentos vividos junto a él, de sus siempre aleccionadoras charlas y de los sentimientos que él nos despertó.

Yo también le recuerdo siempre con su eterna sonrisa

Anónimo dijo...

Yo todavía no paso por semejante experiencia. Digo ¿de verdad perder un maestro es como perder un padre? Muchas veces ninguno de ellos ha ocupado ese vacío edípico para mí. Siempre maestros, amigos, hermanos y madres han tenido su nicho insustituible para mí.

Bueno en tu caso de verdad lamento ese deceso aunque no lo haya conocido. Desde allende de los mares, un sincero pésame para quien en vida fue el gran maestro de nubiru.

Fujur dijo...

Muchas gracias a todos! La persona lo merecía, sinceramente, con creces...

Querida Isabel,

Te contesto aquí, dado que no dispongo, lamentablemente, de tu email.

En primer lugar, te doy el pésame por la muerte de tu tío (a la sazón, como has leído, el Maestro por antonomasia que más me ha marcado e influenciado para el futuro).

Este sentimiento quiero que se lo transmitas a toda la familia, pues lo siento de veras. Lo repentino de la pérdida me ha marcado, mucho.

Mil y una gracias por tu sentido comentario, pues son estas cosas las que ayudan a dar la inmortalidad a una persona, ni tan si quiera sea porque continúan vivas en nuestro recuerdo.

mil y una gracias de Javier Serrano Copete, en lo sucesivo, un amigo.

besos y abrazos

Anónimo dijo...

Hola, Fujur:

Qué hermoso es encontrar un texto como éste, tan cargado de admiración y, al mismo tiempo, de tristeza por la muerte de una persona querida. Coincido con Isobel; aún no conociento a este hombre, por el modo en el que hablas de él, has tenido suerte de conocerle. Un saludo.

Dinorider d'Andoandor dijo...

Qué bonito el homenaje a tu Maestro, hombre. Siempre hay que ser agradecido con la vida por cruzarnos en el camino de gente así que deja huella.
Parece que alguien más también quería tenerlo cerca.
Mis condolencias, Javier.

Striper dijo...

Hay personas como esta que describes que son dificiles de oblidar.

esteban lob dijo...

Estimado Javier:

Al devolver visita me encuentro con este cálido homenaje al maestro inolvidable.

No supe de él, su bonhomía y su calidad hasta ahora, en esta página, pero me sumo al duelo que viven quienes lo conocieron. admiraron y recibieron sus lecciones.

Un abrazo desde Chile.

Persio dijo...

Emocionante escrito, amigo Fujur.

Descance en paz tu admirado maestro. Y que sus enseñanzas y ejemplo te acompañen siempre.

Un fuerte abrazo

Nuria dijo...

Intuía que la desaparición de una persona tan especial como Juan tenía que tener algún tipo de repercusión en la red, así que no me ha sorprendido nada leer tus palabras. Yo también me he emocionado con ellas y con el acierto y la precisión con que has sabido describir su personalidad. Gracias.

En estos momentos, las frases quedan vacías, porque no acaban de expresar lo que verdaderamente sentimos, pero quisiera apuntar algunas pinceladas, a modo de pequeño y humilde homenaje. Hace años que conozco a la familia Miquel, y cada vez que piense en Juan lo recordaré levantándose de su sofá favorito para correr a saludarme al entrar en su casa. Siempre con una sonrisa, con un gesto cálido y con una palabra amable que decirme. Lo recordaré haciéndome partícipe de sus anécdotas y gastándoles bromas cariñosas a su mujer y a su hija, mi amiga del alma.

Estoy de acuerdo contigo en que era un hombre inmensamente culto, al que daba gusto escuchar, pero incluso más que por eso, era admirable por su sencillez y su calidez. Una gran persona, que no morirá y que estoy segura que su recuerdo nos hará esbozar una sonrisa eterna, aunque ahora nos haga llorar.

Estáis todos en mis pensamientos.

Núria

Anónimo dijo...

Si toda muerte deja un espacio vacío, lo cierto es que el prof. Miquel ha entrado ya en la inmortalidad, que como bien sabes no es sino estar siempre vivo en el recuerdo, en su caso además en las enseñanzas, y, junto a ello, los que habéis podido conocerlo y tratarlo personalmente os queda como guía en el ejemplo de su actuar personal, siempre mucho más relevante que cualquier otro, incluso el académico aunque en su caso fuese singularmente relevante, vamos inalcanzable.

Fujur dijo...

Una vez más, ¡gracias a todos por vuestros comentarios!

Querida Núria,

Muchísimas gracias por compartir tan hermosas palabras con todos nosotros.

Debes tener presente que pensemos en lo que pensemos, siempre estará allí, en la inmortalidad, esa bondadosa rama en la que podrán posarse nuestros pensamientos.

Joan Miquel transciende a cualquier algo, él es uno, único y eterno, cariñoso, simpático, atento, y ante todo, un ejemplo.

besos!

panterablanca dijo...

Siento mucho que hayas perdido a tal amigo y maestro. Conserva para siempre su recuerdo en el corazón porque no es fácil encontrar a buenos maestros, que además se hagan querer como amigos. Estoy segura de que su sombra te cobijará por siempre.
Besos de pantera.

Dardo dijo...

Un abrazo, Javier. El primer acercamiento al Derecho se hace de la mano de la instituciones del derecho privado romano (el genio jurídico de Roma). A muchos de nosotros nos deja marcada la asignatura; todavía más si se tiene la suerte de tener a un brillante romanista. Los que cruzan el rio Leteo se olvidan de los vivos, pese a que algunos de ellos (los maestros) siguen viviendo en la memoria de los discípulos, de los que los quieren y en sus obras.

Recibe un cordial abrazo.

Lunática dijo...

Nubiru me acerco a ti gracias a tu mentor Joan Miquel y su hija Aía, amiga de mi alma desde hace años.
La descripción que haces de él como profesional y ser humano me ha tocado profundamente. A él lo conocí principalmente, en las palabras de su hija y su mujer Rosa. Ambas queridísimas para mí, como si madre y hermana fueran.
Tuve el privilegio de saber de sus andanzas iniciales en la Universidad donde se enamoró de la madre de sus hijos (¿cómo no iban a encontrarse si estaban el uno hecho para el otro?) y fiel compañera durante todos estos años. A él lo ví pocas veces, ya que desgraciadamente residíamos en ciudades distintas, pero estaba al día de sus quehaceres y vicisitudes gracias al amor de Aía que siempre lo tenía en su corazón y en sus palabras.
Tuve el privilegio, de conocer a esta familia hace años, cuando por motivos profesionales yo estaba lejos de la mía. Me acogieron en su seno con todo el cariño del mundo y me "adoptaron". Les debo muchos momentos entrañables: ver nacer a su última nieta, la tesis de Aía, las palabras de consuelo de mi amiga en momentos amargos para mí… (por decir los más cercanos en el tiempo) y muchas noches de tertulia al abrigo de esos vinos que tanto nos gustan, con el posterior desayuno de amigos. Su yerno, Javi, sus nietas del otro lado del Atlántico (Sofía y Mar)... todos sentimos su pérdida. Pero tenemos que tener la certeza de que él nos ha dado mucho y lo seguirá haciendo, ha dejado unas buenas raíces que crecerán fuertes, con inquietudes y aptitudes, con un corazón repleto de amor como él lo hizo.

Fujur dijo...

Querida Luna,

Conocer a su familia es haberle conocido a él mismo. El Maestro Miquel siempre ha estado ligado a su familia en un todo (no es extraño que una de las ramas del Derecho que más le entusiasmaran fuera el derecho de familia comparado, y cómo no, romano). De hecho, creo que su secreto reside entre los custodios de sus genes.

Acabo de volver de la misa funeral en su honor, y me he podido percatar de ello. Las raíces que él deja son un "después" del que sólo puede hablarse si analizamos las raíces que le precedieron.

Esperemos que los frutos que cultivó, esas eternas inquietudes que nos despertó, ese cariño, esa sonrisa, siempre le hagan estar vivo, en lo inmortal de los genios...

mil gracias por tu comentario y un millón de besos!

Anónimo dijo...

Querido amigo Javier,

Lamento tan doloroso desenlace, como ha sido, el de tu profesor predilecto. Las cosas suceden a veces de una manera inesperada, pero hay que aceptarlas. Es importante el que tú hayas compartido tiempo aprendiendo, escuchando y debatiendo tus dudas, siempre queda alguna simiente, que si se cuida, puede llegar a producir algo importante.

Ricardo

Lunática dijo...

Fujur gracias por tu visita y tu comentario.
Recibe una abrazo desde el otro lado del atlántico.

Garfio dijo...

Siento mucho su pérdida.

Anónimo dijo...

Mi enhorabuena por todos tus comentarios en general. Pero en especial por el dedicado al Dr. Miquel. No es frecuente que un alumno hable así de su profesor. Yo no tuve la suerte de tener al Dr. Miquel como profesor, pero si que estudie con su manual de Derecho romano, con el que -a pesar del que me dió clase- aprendí Derecho Romano. Insisto en mi felicitación Javier.

José Segura

Hiperbreves S.A. dijo...

Mi más sentido pésame y mucho ánimo, que tienes un buen blog. Si puedes échale un vistazo al mío y si te gusta, un voto:
http://www.hiperbreve.blogspot.com

Fujur dijo...

Ya tiene un artículo en Wikipedia sobre su vida y obra!:

http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Miquel_González_de_Audicana

Fujur dijo...

A falta de confirmación oficial, el Viernes 12 de diciembre, a las 12 del mediodía, se le hará un homenaje en la UPF al Profesor.

Anónimo dijo...

Javier:

Yo, que he transitado los claustros y de mi paso por ellos he dejado gratos recuerdos en algunos de los que fueron mis alumnos, me he emocionado al punto que se me ha erizado la piel leyendo -después de cenar, sorbiendo mi Cabernet Sauvignon-, esta pieza maestra de reconocimiento al Maestro.
Compruebo una vez más, con satisfacción, que cuando decidí ser tu editor literario la vida me hizo un regalo.
Te auguro un futuro venturoso, Javier Serrano Copete.
Y aprovecho para desearte una Feliz Navidad y un Año 2009 colmado de Paz, Felicidad y Prosperidad, en compañía de tus seres queridos.

Un abrazo a la distancia,

Luis

Anónimo dijo...

Muy bien escrito, sí señor ¿Ves como te dije que "hay madera"? Has hecho una necrológica viva y moderna. A pesar del dolor que supone la pérdida de un ser querido. Enhorabuena por el escrito, y te acompaño en el sentimiento por la pérdida de "tu" profesor.
Hasta pronto... y FELIZ NAVIDAD, que ya casi lo es.
Antonio