domingo, 22 de julio de 2007

Simpatía congénita

Pocas cosas son equiparables a tener una hermana. Quizás, sin mayor necesidad de demostración alguna, tener a la mía en concreto sea la única cosa que supere a tan afortunada contingencia. Por fin volvió de Inglaterra. La luz de su áurea sonrisa llena de alegría los rincones de la casa con pura simpatía biológica, lo suyo es don y no aprendizaje. Como muestra de su pródiga naturaleza, supo dar en el clavo, como se diría coloquialmente, al adquirir el regalo que más ilusión me pudiera haber hecho. Me trajo un kiwi.

Obviamente no me estoy refiriendo al sano fruto neozelandés sino a un peluche que recrea la silueta del simpático animalillo, a la sazón, un de mis favoritos. Se trata de una ratite (aves no voladores que no poseen quilla, es decir, el hueso del pecho donde se adhieren los poderosos músculos que facultan para el vuelo). Merodea por la noches de Nueva Zelanda en busca de manjares en forma de lombriz o insectos. Las cerdas, o pelos, que tiene en la punta de su largo pico le sirven de radar, pudiendo rastrear cautelosamente los suelos de la jungla oceánica sin ser visto.

Aunque con buena vista, la virtud del kiwi es la de disponer de un fino olfato, cosa rara en las aves, teniendo el orificio nasal al final de pico (característica única de la especie). En proporción con el huevo, es el ave que los pone más grandes, siendo su tamaño sumamente considerable en comparación con la dimensión “pollesca” de sus padres. Casualidades de la vida, la falta de capacidad de vuelo le han hecho presa vulnerable a depredadores introducidos como el cerdo, el perro o la comadreja. Se trata de un ser sumamente simpático, participante en varias series de animación actuales y pasadas. Su caso no es único. Su vecino kakapo (loro de considerables dimensiones que es incapaz de volar), así como el cormorán de las Galápagos son otros ejemplos de evolución insular, animales que se especializaron a las especifidades de sus ecosistemas sin prever la irrupción de posteriores depredadores.

Compitiendo por el podium de la popularidad al respecto, el kiwi tendría como gran adversario al Dodo, ave, emparentada con las palomas, que se extinguió al ser cazada como alimento por los marineros de turno que repostaban en la isla Mauricio, acabando con su especie en menos de un siglo.

Se me ocurre que quizás el kiwi no se haya extinguido porque está siendo partícipe de una nueva técnica evolutiva. Quién puede asegurar que el ser un animal simpático para las personas no es una nueva adaptación del animal a la situación actual. Propongo pensar que las nuevas tendencias en la moda de la Selección Natural quizás están empezando a tener en cuenta nuestro papel como especie dominante, siendo los diseños de tales animales potencialmente imitables en productos de merchandising como el gracioso kiwi que mi genial hermana me trajo de Salsbury.

Algunos me contestarán que tales animales ya existían antes de que el hombre dominara, cruelmente en muchos casos, todo el planeta. Claro que sí, sin embargo, ello no quita que adaptaciones conseguidas en el Pasado sirvan, especialmente, para la supervivencia de la especie en un futuro. Poca duda cabe de que especies como el panda gigante (y el menor), el koala o el tigre han sabido captar la atención del dueño terreno incitando a su conservación. Una nueva simbiosis, la alegría de constatar la belleza de tales seres con su protección y crianza a cambio de conseguir la supervivencia de tales seres como especie.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Caramba!! Fujur pero... ¿dónde vivirá tu kiwi? ¿Por cierto y que nombre le has puesto?
No había pensado nunca en esa idea que expones al final de tú escrito, y, es realmente interesante lo que dices, ¿por qué no podría ser eso que tú tan bien cuentas, una forma de adaptarse al medio por parte de los animales? Pues claro que podría serlo, la naturaleza, tú bien lo sabes, es sabia amigo Fujur, y suerte que tenemos los humanos por el momento de que lo sea ;)
Suerte con tu Kiwi y dinos como se llamará y pon algún día una fotito en el lateral del blog aunque sea.

Petons

Patri dijo...

Para mí mis hermanos son lo más grande que tengo, y les hecho muchísismo de menos cuando están lejos.

Me ha gustado tu artículo, aunque casi prefiero a los dodos, que de toda la vida les he tenido un cariño particular. ^_^

Besotessssssssssssss

Anónimo dijo...

No creas que no quería leer el comentario, es más lo he hecho esta mañana el problema a sido que no sabia que ponerte en el comentario de este así que he decidido no ponerte el comentario hasta ahora y de este modo intentar hacer alguna cosa más interesante por así decirlo. El caso es que ni con este tiempo de recapacitación he conseguido inventar un texto adecuado. Lo único que puedo decir es que me ha hecho mucha ilusión y que me alegro que mi regalo te haya gustado tanto.

Abril_de_otoño dijo...

a veces desearia ser hija unica, pero e sido hermana madre amiga, apoderado, complice, verdugo, enemiga, pero siempre incondicinal de mis hermanos,,, no podria sin ellos vivir,,,,,,,


lindo blog, me encanto leerte en el mio,, cariños, por mil,.


besitos,

abril.-....

Anónimo dijo...

Hola, la verdad este comment nada tiene que ver con el post, sino para hacer una observación, en el Blog de El ultimo Hoplita el comentario mas acertado que vi fue el tuyo y es curioso, cuando vi tu perfil también se ve que eres el mas educado y de mente mas abierta y tolerante de todos lo que habían comentado ahí, bien por ti, da gusto saber que la idiosincrasia cerrada y el fanático miedo a la otredad no afecta a todos en este planeta, no así con El Ultimo Hoplita, que la verdad, aunque el Islam tiene unas cosas con las que estoy en franco desacuerdo, tampoco se trata de creernos todo lo que nos digan los yankees sobre lo malo que es no ser Justin Timberlake o ser musulmán y menos hacer un Blog con la pura intención de hacer dicterios en contra de una religión y todo un pueblo.


Saludos.

Javier dijo...

Qué cosas mas interesantes he aprendido del kiwi con tu artículo.

Saludos.