África es un mundo a parte en no pocos sentidos. Sus frondosas selvas tropicales, y fértiles sabanas, conviven con el mayor desierto del mundo. Siendo científicamente la cuna del hombre, en la práctica se configura como el continente más agraviado. Con todo, son múltiples y variopintos los enigmas que se esconden tras sus lianas y ramas, leyendas e incógnitas resueltas o sin resolver, cunas de libros e historias. De entre estas historias, en lo que a Barcelona se refiere, seguramente sea la de Copito de Nieve aquella que más interese al común de los que allí hemos nacido.
A principios de los sesenta, fue hallado en la selva de Nko (Guinea Ecuatorial), un curioso monito de pelo blanco. Los cazadores fang (etnia conocida por sus notables efigies talladas en madera) lo encontraron, llegando a las manos del Dr. Jordi Sabater Pi (conservador del Zoo de Barcelona), mediante previa compraventa. El “rapto” del animal fue una suerte de operación-rescate. Al milagro de que los cazadores no acabaran con su vida, para después comerciar con sus partes como amuletos supersticiosos, habría que sumársele la buena dicha de toparse con la posibilidad de acudir a un parque zoológico, pues pocos indicios nos pueden hacer pensar en una eventual supervivencia en el medio que le vio nacer. Nada más lejos de la realidad, el gorila, de no haber sido encontrado, hubiera sido marginado. No tener pelaje negro no le hubiera permitido encontrar ni hembra ni grupo que lo asimilara en su interior. La diferencia haría romper el equilibrio implícito en todo ser social, no pudiéndose admitir un punto blanco en la inmensidad del negro...
No deja de ser curioso cómo las mutaciones genéticas se abren paso en la carrera por la supervivencia. A la existencia de un duro medio hostil, siempre habrá que sumársele una lucha del resto de los de la especie por erradicar la excepción que les hace peligrar su, empírica y mayoritaria, regla. Un pavor real rojo no sería un divo entre los galliformes de la India, como tampoco lo sería un elefante o un rinoceronte blanco entre las hierbas de la sabana africana. El albinismo es un fenómeno de lo más curioso, motivador de anécdotas terroríficas, a la vez que curiosas.
La salvación del mono blanco no ha sido así para algunos niños de Tanzania. Leyendo la prensa por Internet (Periodista Digital) me entero de la desaparición y posterior asesinato de varios infantes, por el mero hecho de ser albinos en un país de hombres negros. Sus cuerpos (órganos sexuales, dedos, extremidades y demás) son objeto de comercio entre los supersticiosos, dice nuestra fuente que, muy especialmente, entre los mineros (con el sino de darles buena suerte y guiarles hacia el hallazgo de una veta). Una vez más, el ser humano se solidariza con lo animal, realizando comportamientos semejantes, que cada día dañan más las fronteras entre lo humano y lo inherente al resto de las demás especies.
La historia del patito feo aplicada a los hombres. El racismo y demás fenómenos como el aquí explicado no dejan de tener algo de “animal”, cierto acervo biológico que nos aproxima al resto de los seres sociales. La repudiación del niño negro albino es similar a la que hubiera sufrido Copito. Pese a lo superior de nuestros respectivos cerebros, los primates han sabido realizar comportamientos semejantes a los del resto de animales; estrategias evolutivas que, una vez más, nos presenta a la Naturaleza como una diosa, muchas veces más malvada que bondadosa.
El ser humano, en tanto que ser racional, necesita de la clasificación. Dentro de los impulsos sapienciales que nos llevan a justificar, presumiblemente científicamente, nuestros conocimientos y experiencias, lo extraño (ni aunque sea por mera estadística) se hace blanco de etiquetas y clasificaciones. En verdad, se llaman blancos o negros, con el ánimo de simplificar los nombres. Los perjuicios, buscando sujeto pasivo o meros culpables dentro de la inocencia, se vuelcan en estas pobres víctimas, tenedoras de no peor desgracia que la de haber nacido en minoría.
Los niños asesinados nos acercan a aquellos animales que, en pro del grupo, acaban con los que entorpecen la coreografía (sean bancos de peces o grupos de rumiantes de la sabana). Si a ello se le une un cerebro que toma la posición del prejuicio, que no de la comprensión y del acercamiento, nuestras psiques salvajes se ven liberadas de prejuicios civilizadores y nos hacen dudar de la identidad de especie y correlativo espacio común frente al resto de la biodiversidad: ¿son humanos quienes son capaces de hacer esto? Quizás lo sean, al serlo todos nosotros animales en mayor, o, al menos en deseo, menor proporción.
Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/tizas.php/2008/04/11/en-tanzania-asesinan-a-los-albinos-porqu
En primer término, Copito de Nieve (imagen no sujeta a copyright, origen: http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:CopitoDeNieveGorilaAlbinoZooBarcelona.jpg). En segundo término, Snowdrop, pingüino albino del Zoo de Bristol (Reino Unido): http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Albino.penguin.bristol.zoo.arp.jpg.
A principios de los sesenta, fue hallado en la selva de Nko (Guinea Ecuatorial), un curioso monito de pelo blanco. Los cazadores fang (etnia conocida por sus notables efigies talladas en madera) lo encontraron, llegando a las manos del Dr. Jordi Sabater Pi (conservador del Zoo de Barcelona), mediante previa compraventa. El “rapto” del animal fue una suerte de operación-rescate. Al milagro de que los cazadores no acabaran con su vida, para después comerciar con sus partes como amuletos supersticiosos, habría que sumársele la buena dicha de toparse con la posibilidad de acudir a un parque zoológico, pues pocos indicios nos pueden hacer pensar en una eventual supervivencia en el medio que le vio nacer. Nada más lejos de la realidad, el gorila, de no haber sido encontrado, hubiera sido marginado. No tener pelaje negro no le hubiera permitido encontrar ni hembra ni grupo que lo asimilara en su interior. La diferencia haría romper el equilibrio implícito en todo ser social, no pudiéndose admitir un punto blanco en la inmensidad del negro...
No deja de ser curioso cómo las mutaciones genéticas se abren paso en la carrera por la supervivencia. A la existencia de un duro medio hostil, siempre habrá que sumársele una lucha del resto de los de la especie por erradicar la excepción que les hace peligrar su, empírica y mayoritaria, regla. Un pavor real rojo no sería un divo entre los galliformes de la India, como tampoco lo sería un elefante o un rinoceronte blanco entre las hierbas de la sabana africana. El albinismo es un fenómeno de lo más curioso, motivador de anécdotas terroríficas, a la vez que curiosas.
La salvación del mono blanco no ha sido así para algunos niños de Tanzania. Leyendo la prensa por Internet (Periodista Digital) me entero de la desaparición y posterior asesinato de varios infantes, por el mero hecho de ser albinos en un país de hombres negros. Sus cuerpos (órganos sexuales, dedos, extremidades y demás) son objeto de comercio entre los supersticiosos, dice nuestra fuente que, muy especialmente, entre los mineros (con el sino de darles buena suerte y guiarles hacia el hallazgo de una veta). Una vez más, el ser humano se solidariza con lo animal, realizando comportamientos semejantes, que cada día dañan más las fronteras entre lo humano y lo inherente al resto de las demás especies.
La historia del patito feo aplicada a los hombres. El racismo y demás fenómenos como el aquí explicado no dejan de tener algo de “animal”, cierto acervo biológico que nos aproxima al resto de los seres sociales. La repudiación del niño negro albino es similar a la que hubiera sufrido Copito. Pese a lo superior de nuestros respectivos cerebros, los primates han sabido realizar comportamientos semejantes a los del resto de animales; estrategias evolutivas que, una vez más, nos presenta a la Naturaleza como una diosa, muchas veces más malvada que bondadosa.
El ser humano, en tanto que ser racional, necesita de la clasificación. Dentro de los impulsos sapienciales que nos llevan a justificar, presumiblemente científicamente, nuestros conocimientos y experiencias, lo extraño (ni aunque sea por mera estadística) se hace blanco de etiquetas y clasificaciones. En verdad, se llaman blancos o negros, con el ánimo de simplificar los nombres. Los perjuicios, buscando sujeto pasivo o meros culpables dentro de la inocencia, se vuelcan en estas pobres víctimas, tenedoras de no peor desgracia que la de haber nacido en minoría.
Los niños asesinados nos acercan a aquellos animales que, en pro del grupo, acaban con los que entorpecen la coreografía (sean bancos de peces o grupos de rumiantes de la sabana). Si a ello se le une un cerebro que toma la posición del prejuicio, que no de la comprensión y del acercamiento, nuestras psiques salvajes se ven liberadas de prejuicios civilizadores y nos hacen dudar de la identidad de especie y correlativo espacio común frente al resto de la biodiversidad: ¿son humanos quienes son capaces de hacer esto? Quizás lo sean, al serlo todos nosotros animales en mayor, o, al menos en deseo, menor proporción.
Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/tizas.php/2008/04/11/en-tanzania-asesinan-a-los-albinos-porqu
En primer término, Copito de Nieve (imagen no sujeta a copyright, origen: http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:CopitoDeNieveGorilaAlbinoZooBarcelona.jpg). En segundo término, Snowdrop, pingüino albino del Zoo de Bristol (Reino Unido): http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Albino.penguin.bristol.zoo.arp.jpg.
14 comentarios:
Pues no me gustaría ser albino en Africa. Desde luego, que es algo que se debería cambiar ya mismo. Un abrazo.
Hola!!!
No había oído nunca que en África se asesinase a los niños albinos para utilizar algunas de sus partes como amuletos, aunque sí que allí la población albina está considerada como una mostruosidad y que sufre una fuerte discriminación por parte de sus semejantes. Quizá sea un acto de incultura o de "animalización" llevado al extremo, aunque día a día podemos ver pequeñas cosas que nos recuerdan que estamos más cerca de los animales de lo que creemos.
Un abrazo!!!
Gracias por tu visita.
Te he leido solo por encima (falta de tiempo ahora)
Luego te leo detenidamente y te comento.
Besos.
ya. Impresionante lo de los niños albinos, desconocía el tema. Y seguramente copito hubiera tenido un futuro mucho peor de haberlo dejado en su habitat.
Te sigo leyendo.
Besos
Saludos.
Sin duda sorprendente al mismo tiempo que cruel a donde llega el racismo.
Por cierto, muy buen blog.
Todos buscamos destacar y diferenciarnos en esta vida, una lucha personal, laboral, deportiva, etc que persigue el éxito... Lo diferencial es lo que mueve a la sociedad, y me parece triste que sea la propia sociedad la que anule y rechace a aquellos que simplemente nacen diferentes. Un sinsentido más.
Saludos
En "El tiempo de las lluvias" del escritor angoleño Agualusa, el capítulo final para reflejar la ruina de la Angola de la postguerra es la persecusión masiva de un albino, porque creen que sus órganos pueden curar el SIDA (y esto dies años después que los cubanos alfabetizaran (e ideologizaran) a buena parte de la población.
el ser diferente, te puede convertir en objeto de culto o de repudia, quien regula...¿el miedo? y ¿qué lo ocasiona?
hay historias que hacen llorar, hay momentos en donde se puede sentir la repugnacia hacia lo desconocido... hay historias que nos marcan la vida sin lugar a dudas, y hay cosas que aunque no ssean culpas nuestras no llevan por dificiles momentos...
Me siento totalmente identificada con lo que has explicado en el post. Imagínate lo que es ser una pantera blanca, en un mundo de panteras negras y panteras manchadas ;-P
Ahora en serio, a la sociedad en general, no le gustan las diferencias. Todo lo que se sale de lo normal tiende a dar miedo, y todo lo que da miedo es atacado sistemáticamente.
Un lametón de pantera.
Hostias igual a mi me ven albino, en mi casa tienes algo para ti.
Increíble lo de los niños albinos, curioso lo de Copito de nieve. Supongo que ambos adjetivos están condicionados por mi condición subjetiva de ser humano, para un gorila sería una afrenta lo de Copito.
Como siempre, muy interesante. La revista ídem debería ficharte.
El racismo tribal de Tanzania se diferencia de su par occidental en que obedece a cuestiones irracionalmente arraigadas y tenidas por ciertas. Son, en cierta manera, dogmas que se aceptan sin más.
El racismo occidental trata de ser racional, de justificarse... pero como ya sabemos, aunque la mona se vista de seda, mona se queda: el racismo es la misma creencia nociva irracional.
El etiqutar a alguien de negro o blanco, no simplifica, por el contrario complica la vida.
Mero albino en la Patagonia Argentina
http://www.proyectoarrecife.com.ar/Noticias/notimero.html
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