“In the beginning there was Aristotle/and objects at rest tended to remain at rest/and objects in motion tended to come to rest/and God saw that it was boring, although very restful.
Then God created Newton/and objects at rest tended to remain at rest/and objects in motion tended to remain in motion/and energy was conserved, and momentum was conserved,/and matter was conserved/and God saw that it was conservative.
The God created Einstein/and everything was relative/and fast things became short/and straight things became curved/and the universe was filled with inertial frames/and God saw that it was relatively general/but some of it was especially relative./Then God created Bohr/and there was the principle/and the principle was quantum/and all things were quantified/but some things were still relative/and God saw that it was confusing.
The God was going to create Ferguson/and Ferguson would have unified/and he would have fielded a theory/and all would have been one./But it was the seventh day/and God rested/and objects at rest tend to remain at rest.”
“Ferguson and the Grand Unified Theory” de Tim Joseph
Einstein está considerado como uno de los mayores genios de la Humanidad. Su teoría de la relatividad revolucionó nuestra cosmovisión del Mundo, “lo rápido se hizo corto” y “el Universo se llenó de sistemas de referencia inerciales”. El poema de Tim Joseph hallado en la, por otra parte maravillosa, obra de Detlev Ganten: Vida, Naturaleza y Ciencia (todo lo que hay que saber) de la Editorial Taurus, es un resumen, ejemplar, tanto en lo estético como en lo enunciativo, del pensamiento de los mayores genios respecto al espacio y el tiempo. Las grandes religiones monoteístas de la Actualidad, se han empeñado en diferenciar lo Eterno de lo Temporal. Así, tal y como recoge Coomaraswamy en su ya clásico “El tiempo y la eternidad” (Ed. Kairós) “en arjei, in prinicipio, no implica un “comienzo en el tiempo” sino un origen en el primer principio; y de esto se sigue la deducción lógica de que Dios lo eterno está creando ahora, lo mismo que siempre”.
Una ayuda de Fabber, a quién se lo agradezco muy especialmente, me informaba de la genial frase de Lovecraf que afirmaba que “nuestro mundo es una isla de orden en medio de un océano de entropía”. Algo así es lo que se nos viene a la cabeza cuando hablamos del concepto de Tiempo. Tal reflexión no me vino por aburrimiento, más bien por todo lo contrario, al constatar cómo existen momentos que pasan cortos, sin percibirse el tiempo, mientras que otros se hacen eternos en cuanto a irremediablemente largos y severos. Una cita con tu pareja siempre se hace más brece que un tedioso examen de matemáticas, la física se caracteriza por tener ejemplos tópicos y cotidianos, quienes se refereren a ella por no comprenderla del todo y la materia en sí misma a escabullirse de cualquier encasillado con el sino de hacer sufrir a nuestros cerebros.
Dudo que los animales, y mucho menos las plantas, sean conscientes de lo temporal. El cambio climático nos lo demuestra al mostrarnos plantas que florecen en invierno, al hacer temperaturas primaverales, o constatar cómo animales como el oso no hibernan o las cigüeñas dejan de volar al Ecuador por estar cómodas en las antaño gélidas cumbres de los campanarios. Se me ocurre que la “percepción temporal” de la que disponen estos seres no es más que un cúmulo de sensaciones entre las que se encuentran el frío, el calor, el hambre o la alarma. El ser humano, en tanto que animal, no es en exceso diferente. El tiempo es una magnitud “metafísica” por antonomasia. Nadie lo ha visto pero todo el mundo lo vigila. El Tiempo es oro dicen, pero lo es, quizás, más su contenido. El tiempo son emociones y sentimientos. El componente sentimental-emocional lo distorsiona haciéndolo poco empírico para nuestros sentidos. Quizás el amor no sea más que una fuerza de la entropía, relatividad en estado puro, comportamiento caótico sin razón absoluta que sólo entiende de lo inescrutable y no de lo contrastable o predecible. El Tiempo nos “determiniza”, nos sirve de pauta y falsa referencia. El envejecimiento parece apoyarse en él, cuando en Realidad el Tiempo es más Estadística que números enteros. Que el tiempo nos conduce a la Muerte es una idea devota de no haber conocido ningún inmortal, de la misma forma que el sospechar de una muerte inminente, menos en jóvenes que en viejos, no deja de ser pura estadística que no nos asegura frente al acaecimiento de un accidente de tráfico, un cáncer o un infarto para el lozano en existencia. El Tiempo no es soberano, y a caso tampoco relevante, el Tiempo son sensaciones de lo eternamente caótico de nuestro Mundo. Lo que trasciende de nuestras vidas es en qué se materializa su uso y no en su paso.
Then God created Newton/and objects at rest tended to remain at rest/and objects in motion tended to remain in motion/and energy was conserved, and momentum was conserved,/and matter was conserved/and God saw that it was conservative.
The God created Einstein/and everything was relative/and fast things became short/and straight things became curved/and the universe was filled with inertial frames/and God saw that it was relatively general/but some of it was especially relative./Then God created Bohr/and there was the principle/and the principle was quantum/and all things were quantified/but some things were still relative/and God saw that it was confusing.
The God was going to create Ferguson/and Ferguson would have unified/and he would have fielded a theory/and all would have been one./But it was the seventh day/and God rested/and objects at rest tend to remain at rest.”
“Ferguson and the Grand Unified Theory” de Tim Joseph
Einstein está considerado como uno de los mayores genios de la Humanidad. Su teoría de la relatividad revolucionó nuestra cosmovisión del Mundo, “lo rápido se hizo corto” y “el Universo se llenó de sistemas de referencia inerciales”. El poema de Tim Joseph hallado en la, por otra parte maravillosa, obra de Detlev Ganten: Vida, Naturaleza y Ciencia (todo lo que hay que saber) de la Editorial Taurus, es un resumen, ejemplar, tanto en lo estético como en lo enunciativo, del pensamiento de los mayores genios respecto al espacio y el tiempo. Las grandes religiones monoteístas de la Actualidad, se han empeñado en diferenciar lo Eterno de lo Temporal. Así, tal y como recoge Coomaraswamy en su ya clásico “El tiempo y la eternidad” (Ed. Kairós) “en arjei, in prinicipio, no implica un “comienzo en el tiempo” sino un origen en el primer principio; y de esto se sigue la deducción lógica de que Dios lo eterno está creando ahora, lo mismo que siempre”.
Una ayuda de Fabber, a quién se lo agradezco muy especialmente, me informaba de la genial frase de Lovecraf que afirmaba que “nuestro mundo es una isla de orden en medio de un océano de entropía”. Algo así es lo que se nos viene a la cabeza cuando hablamos del concepto de Tiempo. Tal reflexión no me vino por aburrimiento, más bien por todo lo contrario, al constatar cómo existen momentos que pasan cortos, sin percibirse el tiempo, mientras que otros se hacen eternos en cuanto a irremediablemente largos y severos. Una cita con tu pareja siempre se hace más brece que un tedioso examen de matemáticas, la física se caracteriza por tener ejemplos tópicos y cotidianos, quienes se refereren a ella por no comprenderla del todo y la materia en sí misma a escabullirse de cualquier encasillado con el sino de hacer sufrir a nuestros cerebros.
Dudo que los animales, y mucho menos las plantas, sean conscientes de lo temporal. El cambio climático nos lo demuestra al mostrarnos plantas que florecen en invierno, al hacer temperaturas primaverales, o constatar cómo animales como el oso no hibernan o las cigüeñas dejan de volar al Ecuador por estar cómodas en las antaño gélidas cumbres de los campanarios. Se me ocurre que la “percepción temporal” de la que disponen estos seres no es más que un cúmulo de sensaciones entre las que se encuentran el frío, el calor, el hambre o la alarma. El ser humano, en tanto que animal, no es en exceso diferente. El tiempo es una magnitud “metafísica” por antonomasia. Nadie lo ha visto pero todo el mundo lo vigila. El Tiempo es oro dicen, pero lo es, quizás, más su contenido. El tiempo son emociones y sentimientos. El componente sentimental-emocional lo distorsiona haciéndolo poco empírico para nuestros sentidos. Quizás el amor no sea más que una fuerza de la entropía, relatividad en estado puro, comportamiento caótico sin razón absoluta que sólo entiende de lo inescrutable y no de lo contrastable o predecible. El Tiempo nos “determiniza”, nos sirve de pauta y falsa referencia. El envejecimiento parece apoyarse en él, cuando en Realidad el Tiempo es más Estadística que números enteros. Que el tiempo nos conduce a la Muerte es una idea devota de no haber conocido ningún inmortal, de la misma forma que el sospechar de una muerte inminente, menos en jóvenes que en viejos, no deja de ser pura estadística que no nos asegura frente al acaecimiento de un accidente de tráfico, un cáncer o un infarto para el lozano en existencia. El Tiempo no es soberano, y a caso tampoco relevante, el Tiempo son sensaciones de lo eternamente caótico de nuestro Mundo. Lo que trasciende de nuestras vidas es en qué se materializa su uso y no en su paso.
1 comentario:
Muy pocas cosas más relativas que el tiempo, más etéreas, y más medidas. "Hay un tiempo para vivir y un tiempo para morir" (de la película Blade Runner. Pero no sólo la intensidad del tiempo es variable, tb el tiempo vivído lo es, quiero decir por ejemplo, determinado acontecimiento que sucede en un momento dado de mi vida y que comparto con otra u otras personas, cada una tendrá una visión diferente de cuando sucedió, cuanto duró...
Creo que me he liado, en mi mente está claro pero soy incapaz de expresarlo :(
Besitossssssssssssss
Publicar un comentario