miércoles, 7 de noviembre de 2007

¡No me gusta tu cara!


Ayer estaba bajando por el Paseo de Gracia cuando hoy cánticos, perceptiblemente humanos, que contaminaban la acústica de Barcelona. Para mi asombro, la infracción del Botellón estaba siendo parodiada por centenares de escoceses ebrios, esperando el partido del día siguiente, la mayor parte también una entrada. Todo el mundo se acerca a contemplar la escena, barrigones poniendo la mano, de forma algo más que atrevida, en las pomposas carnes de sus vacunas novias, rosáceos especímenes que no valen tenerse en pie, mezclados con espigados aprendices de la mala vida; todo un cúmulo de catedráticas, mecánicos, peluqueras y doctores celebrando el no estar en las islas Británicas. El ejemplo para el españolito de a pie es realmente espectacular: no beba usted por la noche ¡que vendrán otros de fuera a hacerlo de día en mitad de la Plaza Cataluña!

Hago la broma al urbano de turno, me contesta que haga una foto y la envíe al periódico. No sé si me la publicarán pero es prácticamente seguro que la multa será sustantiva si algún día aparco el coche en doble fila para recoger a un hijo del colegio o esperar, aunque sea momentáneamente, a que llegue a mi situación mi pareja. Barcelona es Occidente, Europa, el continente que vive en la igualdad sustentándose en el agravio. Estadísticamente sería, más que satisfactorio, comparar cuánta gente estará en contra de la inmigración ilegal siendo indiferente ante la invasión de los borrachos. El genocidio de las pateras no importa si se trata de gentes de Occidente, mátese usted intentando venir a trabajar que otro vendrá esgrimiendo el Acuerdo de Schengen, diciendo que es ciudadano de la UE y que tiene derecho a beber, consumir y romper cualquier farola. El moro mierda y el negro zumbón son eso, el Mustafá o el Mohamed de turno un decir, el jeque o dictador subsahariano debe ser respetado: es una autoridad, ante todo y sobre todo buen trato y mejor mesa, hay no hay inmigración que valga pues, ante todo, hay negocio. El racismo no viene sólo del egoísmo de nuestros genes, es una frontera poco nítida que se mueve siguiendo los intereses de la clase dominante, quién es del grupo lo decide quien manda, quién se marcha o muere intentando el ingreso también.

El color de la piel no nos importa para el caso de las bellezas, en la consumición de filmografías estéticas, erotismo y joyas de la pornografía. A pocos les importa compartir baile con Jennifer López, a muchos les molesta que les gane un asiento en el tren un peruano o un marroquí. Todo lo social no es un reintegro de nuestros genes, no es un único producto de dividir nuestra sangre entre nuestra raza, solo es economía, políticas de masa, teorías sociales y macroestructuras que, monopolizando la globalización, juegan a reconocer derechos quitándoselos a otros.

El hombre es un proyecto inacabado, un potencial económico que vale la pena tener listo en la eficiencia. El ebrio aficionado seguramente consuma más alcohol en un día que un inmigrante en todas las fiestas del año, monedas hacen las veces de raza, el estatus de especie y correlativo nicho ecológico. Todo nuestro entramado social es un basto ecosistema donde unos hacen de águilas, a la vez que de buitres, matan (virtual o fácticamente) a quienes no son parte del sistema viviendo de la carroña económica del desecho de producto.

Lástima que nadie pueda mantenerse al margen de la corriente, dar trabajo al ilegal necesitado y mandar a casa al escocés borracho. Aquello que es mera estrategia geopolítica parece descansar en motivos de alta racionalidad, todo está permitido dentro de las reglas, el derecho de admisión no significa poder decir a quien sea que no te gusta su cara…

¡Enséñeme la Visa! debieran decir los servicios de aduana, para así poder llamar moro o jeque desde el principio al extranjero, haciendo así uso de su estatus desde el primer momento. ¿Querrá usted jamón de bellota o empleo en un basurero? Si tiene petróleo le recomiendo lo primero sino, que se vaya tirándose al pozo en su búsqueda, que mis hijos son adversos al riesgo, y no quieren que conforme al principio de igualdad sus nietos ¡puedan rivalizar con los suyos por el empleo!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿se borró mi comentario anterior? esos problemas de conexion ya me tienen arto :@

Anónimo dijo...

life is hard
no puedo mas que darte la razon, per... esto no va a cambiar.

bss

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, lo has expresado de una manera magistral.
Leía tú post y asentía y me indignaba porque todo lo que tú explicas yo tb lo veo así, y luego nos venden tolerancia, civismo, y bla, bla, bla... yo cada día lo tengo más claro, todos los políticos son los mismos perros con diferentes collares.

petons