jueves, 31 de enero de 2008

Aprender como un conejo

Uno de mis placeres gastronómicos favoritos es el arroz con conejo. Los comentarios al comer tan opíparo manjar con la familia acostumbran a ser de lo más variopintos. No es extraño pues, que los más mayores, sobretodo si son oriundos de la Meseta o del Sur de la Península, se acuerden de aquellos sucedáneos del conejo conocidos como topos, que no topillos, o más comúnmente, de las comidas celebradas a base de libre, fuera ésta a la brasa, con arroz o escabechada. Pocos serán aquellos que duden de la superioridad de la liebre, virtud de sus fibrados muslos, carentes de grasa, su mayor masa muscular, su grácil efigie o su, notablemente difícil, captura. Definitivamente, aquello que produce la Naturaleza salvaje por sí misma parece resistirse a ser superada por la crianza humana. Lo natural, automático e inevitable siempre ha sido más puro.

La frontera, o barrera, que nos separa del cambio inexcusable siempre nos ha sumido en un letárgico sueño, una metafísica fantasía. Quisiera hacer una curiosa, seguramente inapropiada, analogía entre la educación de nuestros menores y las diferencias entre ambos lagomorfos. Un análisis de las diferentes regulaciones educativas en democracia nos repara graves sorpresas en forma de continuas reformas y variopintas inestabilidades. No es de extrañar ver que existen pocos, acaso ningún, joven que haya sido capaz de acabar todos sus estudios inserto en un mismo sistema. EGB, ESO, BUP, COU... ¡es difícil saber explicar el curso del infante a sus abuelos con este inmisericorde cambio de nomenclaturas!

Dentro de la actual precampaña electoral se ha planteado el debate sobre cuál debiera ser la lengua vehicular en la enseñanza. Algunos defienden el actual sistema, otros proponen la opción de escoger la enseñanza entre una u otra lengua vehicular, con todos los graves problemas de fragmentación y dilapidación del tejido social que ello comporta.

Al respecto, no es difícil llegar a comprender la inevitable simpatía entre hijos de padres nacidos en un mismo pueblo o región, entre infantes vecinos de casa o barrio. Seguramente que halla algún tipo de simpatía en cuanto a acento, igualmente cierto es que el motivo de la lengua rara vez ha sido criterio para formar equipos de fútbol en el patio..., luego, ¿por qué debiera serlo a efectos educativos?

Frente a la fibra de la liebre se antepone el pienso de los conejos. Quisiera poder ver algún sentido a las diferentes acciones gubernamentales (sean estatales, o en la mayoría de los casos, autonómicas) que tienden a la conocida como “inmersión lingüística”. ¿A alguien no le chocaría que se hablara de primer contacto lingüístico en la escuela para el caso de un niño español que no ha tenido otro remedio que criarse en China? ¿Sería necesario imponer por el Gobierno Federal una enseñanza privilegiada del alemán en las escuelas de Sttugart o Hamburgo?

Lo dudo. Todo lo que no sea dejar pastar libremente a la liebre es querer crear conejos de granja. La lengua no es nada más que un instrumento, algo que sirve como requisito mediato para poder acceder al conocimiento que le transciende. Lo importante del estudio de la biología no es saber si se dice ADN o DNA sino ser consciente de la presencia de ácidos en su haber, ¡y su presencia en el núcleo de las células eucariotas!

Para alguien criado en Hospitalet, esa capital fáctica sumisa, con sus trescientos mil habitantes, la cosa no tiene vana importancia. Un infante criado en Badalona, Santa Coloma, Mollet o Barakaldo sabrá dar testimonio, cuasi con total seguridad, de lo dicho. Muchas veces se intenta incidir en el consumo lingüístico sin tener en cuenta el aprendizaje. Es más importante, a efectos gubernativos, saber expresarse bien, conformes a las normas del más anacrónico y politizado diccionario, en la lengua propia, que conocer las biografías de Cervantes o Julio César, las fórmulas elementales de la química orgánica o el compuesto mayoritario del sulfato. ¿¿¿¿Cómo comprender bien la obra de García Márquez si se promociona la lectura de: “Cent anys de soletat”, o, conociendo la lengua catalana, leer “Tirante el Blanco”?????

Llegados a este punto quizás sea el momento de fomentar el mayor miedo de los granjeros. Una revuelta animal, un movimiento que abogue por la liberación del conejo de granja, por su posibilidad de ser libre, de ser liebre campestre. A nadie se le escapa que no es más importante el medio que el resultado, la lengua que el contenido. Dejen libertad para que los niños y profesores usen la norma que les apetezca, que no exista control ni condicionamiento. ¿Qué sentido tiene estudiar la Reinaxença en Castellano o el Derecho Penal en Catalán?

En una sociedad globalizada, donde nuestros menores, y nosotros mismos, tenemos un claro déficit en lengua inglesa no podemos seguir erosionando el potencial de la lengua española, el prestigio de la catalana. Para todo habitante de Cataluña el Catalán sería más propio sino se “impusiera” y monopolizara por claros grupos de presión política, de almacenamiento de poder; en otras palabras, si fuera producto de un sentimiento, natural y autónomo en cuanto a la persona, de pertenencia. El conejo alargaría sus orejas hasta ser liebre, le picaría la curiosidad de saber quienes fueron Martorell, Guimerà, Pla o Carner. Debemos centrarnos en una educación que enseñe contenidos, no en la construcción de granjas políticas. Menos mal que después de cualquier debate, siempre nos quedarán las matemáticas, la única ciencia, nominalmente pura, que le importa más bien poco en qué lengua sea enseñada, y es que el más seguirá siendo más y el resultado, el resultado...
Primera ilustración: "Junger Hase" de Alberto Durero (1512). Segunda ilustración: "Discourse into the Night” fuente: Blades, William: “Pentateuch of Printing with a Chapter on Judges” (1891)

7 comentarios:

juan rafael dijo...

Extraña mezcla de temas: del conejo en la mesa se ha pasado a temas más controvertidos, aunque claro, visto desde el punto de un/a vegan@, tampoco sería tan diferente.

Striper dijo...

Deunidi la barretxa del conill amb la llengua ( ara penso que si te relació) sobre el tema clarism el catala es la llengua d'aqui , pues en Catala.

isobel dijo...

si no les damos la oportunidad de ser libres mediante la educación, al final tendremos cuadrillas de esclavos, independientemente del idioma, siempre me han dado envidia las personas que pueden expresarse en varias lenguas.
Anda pásate por mi casa que tengo algo para ti, besos.

Anónimo dijo...

Hoy después de mucho tiempo, he caido en tu blog con tiempo, casi por arte de magia, hacia tiempo que no te leia con detenimiento, y me he vuelto a dar cuenta lo bien que escribes, y la gran facilidad para unir unas ideas con otras, la relación Conejo-Liebre y Educación-Lengua ma ha parecido absolutamente exquisita.

No he entendido nunca estos problemas lingúisticos, es cierto que en cataluña se habla catalán, sinenmbargo el Español es la lengua oficial de todo el territorio, incluyendo en Cataluña, de tal modo creo, que la educación en la Comunidad Autonoma de Cataluña debe ser mayoritariamente en Español, y en determinadas asignaturas hacerlo en catalán, como pudiera ser Lengua Catalana o algúna otra asignatura de peso menor, y las Asignaturas de Lengua Española, Ciencias y por supuestísimo Historia, deberían impartirse en Español, de todos modos lo importante no es la lengua en la que se impartan los conocimientos, pero esto, ya lo has explicado tú muy bien.

besis

Anónimo dijo...

Abogo por la "Rebelión en la granja" en su modo más absoluto.
Sómos ciudanos del mundo, por mucho que pese a cuatro o cuatrocientos millones de retrógrados, y no podemos obviar el caráter globalizado a la que la sociedad actual está abocada.

Respetemos la esencia de las lenguas cómo fuente cultural de comunicación...pero por favor, no las mancillemos con la violación política.

Estupendo post amigo
Un abrazo y buen fin de semana

panterablanca dijo...

Fujur, estoy bastante de acuerdo contigo. Las lenguas deberían servir para unir, nunca para separar. Lo importante es entenderse, sea en la lengua que sea.
Pero, amigo Terrorista, hay que puntualizar que en Cataluña no sólo es oficial el español, también lo es el catalán, así como tenemos una historia propia, puesto que antes de que existiera España como tal, existia el Reino de Castilla, y existía el Reino de Aragón (entre otros pueblos de la península), al cual pertenecía Cataluña, reino cuyos reyes pertenecían, a pesar del nombre, a la casa catalana.
En fin, sería muy largo de explicar este entramado histórico en este espacio de comentarios, pero lo que quiero decir es que las cosas no son tan sencillas como las ves desde donde tú vives.
Un lametón de pantera.

MeRCHe dijo...

Ufff vaya tema has sacado a colación. Sólo la demagogia política ha llevado esta cuestión a los extremos en los que está. Como bien sabes tú en los colegios públicos y concertados (no así en los privados) es obligatoria si quieren seguir recibiendo el dinero del presupuesto que pagan catalanes y castellanos, la enseñanza en catalán. ¿Resultado? Vale los niños hablan el catalán, pero cuando salen fuera del ámbito escolar siguen con el castellano y así se ha logrado gracias a estos listillos politicuchos que el catalán sea solamente una "lengua escolar o academica". Claro está, los políticos son tontos pero tienen mucho tiempo para pensar (porque no hacen nada) y han visto como la "han cagado" y ahora pretenden obligar (no sé si ya está en marcha la cosa) al profesorado a que cuando sea la hora del recreo o en el comedor, les obliguen a los niños a hablar el catalán, porque sólo usan el castellano. Esto es horrible, esto es puro fascismo, pero aquí como en muchas otras cosas nadie dice nada, yo me pregunto si fuera al revés no se habría movilizado ya alguien??
Una catedrática de una universidad, no diré cual ;) por si acaso, dijo en una clase que le daba igual usar una lengua que otra, pero que si daba la clase en catalán primaban a los catedráticos, oleeeeeeeeee!! viva la igualdad y viva la tolerancia.

besos y perdón por este rollo