domingo, 21 de octubre de 2007

Ejemplo de generosidad: desideratum de futura existencia


Dicen que la más maravillosa de las vidas surgió de los mares cámbricos. Que la medusa no deja de estar emparentada con nosotros, ni tampoco los gusanos, los labros, los tiburones y esas gráciles tortugas que vuelan por las aguas cuáles gaviotas por riscos y acantilados. Toda la Vida está relacionada, aunque sea por compartir una unidad de concepto. El mar es gran anfitrión tanto para las mañanas como para la reflexión, definitivamente, un eterno e inspirador recuerdo. Desde el colibrí al armadillo, pasando por el águila monera de las Filipinas, todos nos movemos al son de la Selección Natural, del medrar en el medio y competir compartiendo.

La adaptación novedosa destaca por parecer inadecuada al resto. La especificidad de la bueno lo hace destacar de entre la bastamente malo. Todo es fuego, aire, agua y tierra cuando tiene la mágica de saber ser tan estable como placentero. Placer para los oídos y el resto de los sentidos, soporte sobre el que compartir un gran tiempo. Las pilares sobre los que se alza la empresa no saben del mentir más allá de lo otrora leído: no practican más sátira que la común de saber vivir sin esconderse ni arrepentirse de ser como han sido y fueron. El esfuerzo encuentra correlato para escarmiento de quienes por no haberlo vivido o pensado, no supieron jamás a qué me estoy refiriendo. La gracia del convite estriba en saber vivir en lo recíproco, no sacar interesado provecho del manjar, y saber aplaudir lo que con tanto cariño estuvo hecho. Ante la sofisticada gastronomía: la pilota y el bogavante la hacen parecer para lerdos, dónde está el gusto por la Dolce Vita sino se sabe cómo se consiguió, ni porqué unos envidian lo que otros vencieron…

No comprendo si el bello pueblo que tantos recuerdos me diera, recuerda más a la ola asesina o los paseos con mi tío y mi difunta abuela; los libros de animales o las enciclopedias de fauna salvaje, mis ficticias operaciones de veterinaria o mis risas con las señoras de la notaría, dueñas del lugar y del dicho lugar de Caldetes. Sitio que más que ser de Estrac, parece el nombre querer decir que el que fue justo en el Mundo siempre tendrá un lugar para “estrac a gusto” en conciencia y descanso placentero.

Los encasillados de las vidas programadas no sirven ni para San Juan ni luminarias, la vejez no es nada más que un atesoramiento de juventud, no siendo, más que una obra de la popular mitología, aquello que dijera que entrar en años no es nada más que estornudar, toser y preguntar en qué hora nos hallamos. Haber sido pilar en nombre y oficio nos recuerda al genial oficio de matrona, heroínas, más que esclavas, de tiempos difíciles en los que supieron dar abundancia donde otrora hubo mucha falta.

La anterior falta de ortografía en el artículo plural no es más que un homenaje a quienes en mi corazón siempre estuvieron. Anfitrionas del más afortunado convite imaginado hacedoras de pilotas y arroces, zarzuelas y chistes, reflexiones y consejos, amigos de veras, y no imitadores de afecto poco verdadero. Puede que quizás hayan faltado en lo genético, pero poco importa. Dawkins tendrá que conformarse, el trato siempre ha sido soberano y el Mundo un nicho sobre el, que lejos de decidir, nos moldeamos la existencia. Unos viven alegremente otros se desnutren en cortijo grande. Puede que nos hallan separado tres o cuatros pueblos pero jamás en el ser conscientes en apreciar lo sencillo y enriquecedor de saber hacer con sus vidas, un flagrante ejemplo.

A mis milianes y su paladín, mi amigo Don Pedro.

2 comentarios:

Patri dijo...

Precioso post, muy muy profundo. Me ha gustado.

Besotesssssssssssss

Anónimo dijo...

Hoy estoy espesa, debo reconocerlo porque me ha costado seguir tú entrada...
Lo que da valor a las cosas es el tiempo y esfuerzo invertido en ellas, y no siempre ni todos saben apreciar este "pequeño" detalle.
Por cierto eres de Caldetes? :))

Besitos