sábado, 13 de octubre de 2007

Vuelta en tren tardía: reflexiones de medianoche

El obrero no entendía de reglas, aun sabiéndose bien el razonamiento. El billete era caro para quien no tenía apenas un céntimo, víctima de la esclavitud y del motor de nuestra economía: su trabajo. Nada con celulosa había en su inventario, ni T-10 ni papeles, acaso tampoco sueños, solamente trabajo. El guardia le explicaba los motivos en un cariñoso dialecto, su corazón amaga no conocer el mal, y su buen ser se lo confirma a cualquier intelecto. El truhán y el guarda, una vez más en conflicto, esta vez no por robar, sino simplemente por querer uno irse a casa. Es fácil tener clara la idea de Estado de Derecho dentro de una posición que da chuletas un día y bistec el segundo de la semana. El Derecho es convivencia, el trabajo exigencia. El guarda, una vez más con gentileza, se aproxima a dos nuevos inmigrantes asistiéndoles en su búsqueda del tren que le llevará por la mañana a Tortosa. Todo se aclara, uno del par deja sus maletas en un rincón, a muy buen recaudo. La excusa de tomar el fresco le sirve para coger sitio; a falta de dinero y papeles, el suelo de la estación le parece suite digna del paraíso europeo. El último tren a Mataró, siempre tardío, me priva de contemplar el final de la escena; de ver si el magrebí pudo llegar a casa o el viajero encontrar hacienda. En el tren escucho a Emile Simon, “all is white” es una canción profética para el momento. Se trata de la banda sonora del genial documental: “El viaje del emperador”, la canción hace referencia a que todo es blanco en el paraíso del Sur, allá donde la letra dice que el narrador quiere vivir. La referencia a la Antártida no acaba de dejarnos claro si existe alguna “segunda interpretación”, quizás sea la noche o un malvado subconsciente, ¿no es un paraíso para nosotros, los blancos, el trabajo, menospreciado, de nuestros vecinos terrenos del Sur? La ganga es contradicción, la escena remordimiento. Lamento no haber dado algún billete de la cartera a cada uno de los necesitados. Seguramente se me pasó por la cabeza, al igual que las pateras, la esclavitud, los Derechos del Hombre y el sueño de una justa Unión Europea, precisamente por ello quizás alcancé a recordar que era un buen europeo y que acostumbrar al bien a la mula le hace más perezosa para hacer el grueso del labrado. Nuestra economía se sustenta en razones oscuras. Hitler parece estar muerto en un mundo contaminado de armamentos y atómicas. La idea fuerza que mueve la globalización es el Imperio de Maese Dinero y de sus vasallos, los petrodólares. ¿A dónde llega nuestra idea de Justicia y de los Derechos Humanos, si nuestro bienestar se funda en el saqueo y la explotación, y las Guerras en controles de población y bombardeos a civiles? El despertar siempre nos hace salir, junto de la Pesadilla, también irremediablemente del Sueño. La Realidad dista mucho de poder ser bien peinada a base de sectarismo y conveniencia. ¿Dónde se hallan las bases de una justa idea-fuerza? ¿Dónde un derecho democrático cosmopolita? La ampliación de la Modernidad tiene mucho de dictadura careciendo el tinte de democracia. Los hombres siguen compartiendo especie y no igualdades, saltando como langures, macacos, geladas, mandriles y babuinos de la sabana. Dominantes y vencidos, el control población, el saqueo sistemático, las matanzas de civiles y las desigualdades a sabiendas parecen ser indispensables para nuestros argumentos. ¿Quién está dispuesto a privar de algo a sus hijos para hacer primar una nueva idea fuerza? ¿Quién dijo que nuestros genes no eran egoístas? La Naturaleza parece ser sabía, pero a veces peca de estupidez. El mejor remedio es forjar una gran idea-fuerza, los Derechos Humanos en Democracia, el sacrificio personal por alcanzar, o aproximarnos al País de los Ángeles del que sus seguidores son llamados incrédulos. Demostrar que la educación no solo es un medio sino el sistema de pasar la fase de selección evolutiva. La cooperación siempre da buenos frutos, quizás de forma menos barata que la esclavitud y el saqueo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes mucha razón, pero quizá a "Don Dinero" o "Don Poder" que a mi entender son palabras sinónimas, o a ese "ALGO" que todos sabemos que está ahí, pero no terminamos de identificar, y desde luego no es Dios aunque lo parezca por su omnipotencia y omnipresencia, no le preocupa la cooperación, porque "divide y vencerás", y esta división puede llegar a través del miedo a perder lo que tenemos o que como dices tú, nuestros hijos reciban una porción menos del pastel o bien nos atenaza el miedo a esa inseguridad que nos da el sentirnos amenazados por el terrorismo de un color o de otro, miedo que tb es usado por se _"ALGO" para tenernos más sometidos todavía.

Besitos