lunes, 19 de marzo de 2007

Pavos de dos metros

En uno de esos placenteros descansitos dentro de este peculiar purgatorio, conocido como periodo de exámenes, visito uno de mis blogs preferidos (http://paleofreak.blogalia.com/) y me entero del descubrimiento de Sinocalliopteryx gigas; un pequeño dinosaurio perteneciente a los compognosáuridos, parientes próximos de las aves. Nada especial, para un observador ajeno a mi afición, de no ser que este saurio estaba cubierto por un falso pelaje.
Falso en el sentido de que se trataban de plumas, sí, ese característico ropaje que visten las aves modernas. Me viene a la cabeza esa escena del principio de Jurassic Park donde una, a juzgar por las apariencias, familiar de Piraña afirma delante del paleontólogo protoganista (Sam Neill) que Velociraptor era un pavo de dos metros. Ciertamente, aquello de lo que la película “se ríe”, ya expresamente en el film o implícitamente con su falta cuasiabsoluta de correspondencia con la realidad acerca de los dinosaurios, resulta ser cierto, o cuanto menos, más aproximado a lo que realmente fueron los dinosaurios.

Ya desde la Antigua China, el ser humano ha jugado a fantasear sobre los restos de estos gigantes reptilianos inventando historias acerca de grandes dragones. Costumbre que seguirían buena parte de los habitantes del Globo, no sólo con los restos de dinosaurio sino con todo fósil en general. Se llegó a creer en la existencia de un cíclope a partir del cráneo de una especie de elefante extinta o a afirmar que los dinosaurios eran unos seres que se extinguieron porque no cabían en el Arca de Noé. Definitivamente, una cosa es lo que fueron y otra bien diferente aquello que nosotros queremos que hubieran sido.

Buena parte de la parafernalia que rodea a estos seres no dejan de ser, algo así como metáforas. Recreaciones visuales (además de cebos publicitarios de todo un tenderete de marketing y juguetes fashion) que nos hacen soñar e interesarnos por estos animales. Cierto. Pero no lo es menos que aquello que ya posee atractivo por naturaleza no necesita burdos maquillajes. De la misma forma que uno se parece a sus familiares y no al vecino, (y si no mal andaríamos…) parece claro que animales como Velociraptor o Sinocalliopteryx gigas debieron ser más semejantes a un pavo que no a dragones legendarios. Definitivamente, o aceptamos la postura indubitada (estudiada por el gran John Ostrom) o seguimos, a nuestro riesgo de meternos en senderos del término de lo fantástico que no de lo real, soñando en seres feroces, más próximos a símbolos de Sant Jordi que a una Ciencia correlacionada con la pretérita realidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Xaval, jo no sé si hi havien "galls d'indi" (quina llengua més rica i bonica de fer servir...i no "pavo"...)de 2 metres...però que demà tenim un examen de dos parells de collons, i que no podem fer el "pavo" ho tinc clar...

Apa, a cascarl·la...

Anónimo dijo...

Hola.Muy interesante pagina web.La visitare de vez en cuando.¡¡Lo mismo con el mio!!!En lo que respecta al nuevo dinosaurio se trata de un sinocalliopteryx gigas no el nombre que le has puesto.Por lo demas buen blog!!